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El blog de Silverfox

Después de muchos años, vuelve a ganar la Liga un equipo distinto del Madrid y el Barcelona

    El Atlético de Madrid se proclamó ayer campeón de Liga de la temporada 2013-2014 tras empatar a uno en el Nou Camp ante el Barcelona. Un empate o un triunfo le daban el título al Atlético, mientras que al Barcelona sólo le valía ganar.

 

 

    El partido fue muy igualado, pero empezó ganando el Barcelona con un gol de Alexis poco después de la media hora y se llegó al descanso con el 1-0. El Atlético sufrió también en el primer tiempo las lesiones de dos jugadores claves: Diego Costa y Arda Turan. Pero en la segunda parte reaccionó y a los pocos minutos consiguió empatar el partido con un gol de Godín. Con ese empate a uno acabaría el partido, a pesar de que el Barcelona apretó al final, y así el Atlético logra su décimo título de Liga (el anterior lo conseguiría en 1996, entrenado por Radomir Antic y teniendo entre sus principales jugadores a los internacionales españoles Caminero y Kiko, al delantero búlgaro Lubo Penev o al propio Simeone, su actual entrenador).

    La anterior vez que un equipo distinto del Real Madrid y el Barcelona fue campeón de Liga se remonta a hace diez años, a 2004, cuando el Valencia ganó ese título. Por aquella época, su entrenador fue Rafa Benítez, con el que ganó dos Ligas (la de ese año y anteriormente la de 2002), y que poco después haría campeón de Europa al Liverpool.

    Estos últimos diez años el predominio del Barcelona había sido evidente: el equipo catalán ganó seis Ligas (más de la mitad): en 2005, 2006 (con Rijkaard), 2009, 2010, 2011 (con Guardiola) y 2013 (con Tito Vilanova) frente a tres del Madrid (una con Capello, otra con Schuster y la última con Mourinho) y una del Atlético (la de la temporada que ahora finaliza).

    El próximo fin de semana, el Atlético hará historia si consigue ganar la final de la Champions. Hace 40 años (en 1974) también llegó a jugar una final de Copa de Europa pero la perdió ante el Bayern de Múnich (que sería campeón ese año por primera vez y ganó los dos siguientes para estar después 25 años sin ganar de nuevo ese título).

    El partido se juega el sábado 24 de mayo por la noche y enfrenta al Atlético con el Real Madrid. En caso de ganar, para el Atlético sería su primera Copa de Europa y se convertiría en el tercer equipo español en ser campeón de Europa, tras Real Madrid y Barcelona, mientras que para el Madrid sería su décimo título. El noveno y último lo consiguió hace ya más de diez años, en 2002, tras vencer en la final por 2-1 al Bayer Leverkusen. A pesar de llevar tantos años sin ganarla, el Madrid siempre ha sido el equipo con más Copas de Europa: ya ganó las cinco primeras entre 1956 y 1960, aunque llegó a estar más de 30 años sin lograr ese título (desde 1966, cuando ganó la sexta, hasta 1998, cuando fue campeón por séptima vez).

El campeón de Europa de 2014 será español

  La final de la Champions League del actual año 2014, que se jugará en el estadio Da Luz de Lisboa (propiedad del Benfica, uno de los equipos de la capital portuguesa) el sábado 24 de mayo, tendrá como protagonistas a dos equipos españoles (que además son de la misma ciudad): el Real Madrid y el Atlético de Madrid.

    Ambos equipos superaron las semifinales esta semana: el Madrid eliminó el martes al Bayern de Múnich (entrenado por Pep Guardiola, destacado en años anteriores por sus grandes éxitos como técnico del Barcelona) y el Atlético hizo lo mismo ayer con el Chelsea, dirigido por José Mourinho, un entrenador con un extenso currículum, pues fue técnico de otros importantes equipos europeos, como el Oporto, el Inter de Milán (con los que fue campeón de Europa en su momento) o, más recientemente, el Real Madrid. También había dirigido ya al Chelsea a mediados de la pasada década.

    El Real Madrid pasó las semifinales con un resultado global de 5-0: venció al Bayern por 1-0 en el partido de ida en el Bernabéu y le barrió por un rotundo 0-4 en Múnich en la vuelta (Sergio Ramos marcó los dos primeros goles y Cristiano hizo el tercero y el cuarto). Este último resultado es histórico, pues el Madrid nunca había ganado en ese estadio (el mejor resultado que había conseguido hasta el momento fue un empate a uno en 2004) y es la segunda victoria de un equipo español en Múnich (la primera fue conseguida por el Deportivo de La Coruña en la temporada 2002-2003, el resultado fue 2-3 y los tres goles serían del delantero holandés Roy Makaay, que precisamente ficharía después por el Bayern).

    Por su parte, el Atlético de Madrid empató a cero en el Vicente Calderón en la ida y ganó por un claro 1-3 en Londres en el partido de vuelta, jugado ayer por la noche. Empezó perdiendo (el ex-jugador del Atlético Fernando Torres marcó el 1-0), pero antes del descanso Adrián empataba el partido y ese resultado provisional ya clasificaba al Atlético por el doble valor de los goles en campo contrario. En la segunda parte, el equipo español dominó claramente el partido y marcó otros dos goles: Diego Costa, de penalti, hizo el segundo y el turco Arda Turan logró el definitivo 1-3. No es la primera vez que el Atlético gana con claridad al Chelsea: ya lo consiguió también hace menos de dos años, en la Supercopa de Europa de 2012, cuando le derrotó por 4-1 (3-0 al descanso), en un espectacular partido de Falcao, actualmente jugador del Mónaco.

    El Madrid jugará su primera final en 12 años, desde que en 2002 ganó su novena y última Copa de Europa. Entonces superó en la final al Bayer Leverkusen por 2-1. Es el equipo que más veces ha ganado esta competición, seguido del Milan (siete títulos, pero en horas bajas desde hace años), Bayern de Múnich y Liverpool (cinco títulos cada uno), Barcelona y Ajax (cuatro títulos cada uno).

    Para el Atlético será la segunda final de Copa de Europa que juegue, la anterior fue hace ya 40 años y la perdió ante el Bayern de Beckenbauer, que ganaría tres títulos seguidos (en 1974, 1975 y 1976).

    También será la segunda final de Copa de Europa de la historia entre equipos españoles: la primera fue en el año 2000, cuando la jugaron el Real Madrid y el Valencia. El Madrid se impuso por 3-0 y ganó su octavo título.

La Tierra, un planeta superpoblado

    La población mundial alcanzó a finales de 2011 los 7.000 millones de habitantes (actualmente se estima en unos 7.200), una cifra que multiplica por siete la que había en 1.800 (cuando era de cerca de 1.000 millones) o que casi dobla la de 1970 (unos 3.700 millones).

    El crecimiento demográfico ha sido constante en los últimos siglos, pero se ha acelerado después de la Segunda Guerra Mundial, llegando en la década de los 60 a un 2% anual (lo que supone doblar la población cada 35 años), mientras que en la actualidad es del 1%.

    Las proyecciones de la ONU prevén que la población del planeta llegue a 10.000 millones a principios del próximo siglo:

    https://www.un.org/es/development/desa/news/population/population-exceed-10-billion.html

    "La población mundial superará las 10.000 millones de personas en 2100, según proyecciones de un estudio presentado hoy por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA)."

    Esta superpoblación es causa de graves problemas, como escasez y agotamiento de recursos, sobreexplotación y destrucción del medio ambiente y aumento de los niveles de pobreza, a pesar de los avances científicos y tecnológicos.

    Un ejemplo histórico muy ilustrativo de las consecuencias de la superpoblación se puede encontrar en la Isla de Pascua, que sufrió antes de la llegada de los europeos conflictos internos y una falta de recursos naturales y alimentarios.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Isla_de_Pascua#Decadencia_y_dominio_extranjero

    "Se estima que la población de Rapa Nui sufrió una crisis de sobrepoblación en los siglos XV y XVIII, lo que pudo haber provocado guerras entre las tribus con la consiguiente destrucción de los altares ceremoniales y el abandono de las canteras en que se tallaban los moái. Los nativos debieron de padecer periódicamente la escasez de alimentos y comenzaron a vivir en cuevas para protegerse de las incursiones de grupos enemigos, que en ocasiones se realizaban con el objeto de practicar el canibalismo.

    Otras fuentes consideran que las diversas tribus iniciaron una especie de competición en la erección del mayor número de estatuas moái, usando para ello la madera que también usaban para la construcción de canoas. Esto desembocó en la deforestación y la consiguiente imposibilidad de obtener las proteínas de la pesca, desatándose una guerra civil."

    En el mundo actual, este exceso de población no es igual en todas las zonas, pero se hace muy evidente en Asia, sobre todo en el subcontinente indio y el Extremo Oriente.

    En lo que respecta al subcontinente indio, basta con hacer mención a Bangladesh, un país que concentra más de 150 millones de habitantes en apenas 150.000 kilómetros cuadrados (una superficie inferior a la que suman Andalucía y Castilla-La Mancha), por lo que su densidad de población es inmensa: supera los 1.000 habitantes por kilómetro cuadrado (sería como si España tuviese más de 500 millones de habitantes).

    La India es otro país superpoblado. A pesar de su gran extensión (más de tres millones de kilómetros cuadrados), sus más de 1.200 millones de habitantes le suponen una densidad de población de 350 habitantes por kilómetro cuadrado. Su crecimiento demográfico, aunque se ha ido moderando desde los años 70, sigue siendo constante y es probable que a mediados del siglo actual llegue a ser el país más poblado del mundo, superando a China.

    Ya en Extremo Oriente, los ejemplos más evidentes de superpoblación son la isla de Java (una de las principales de Indonesia), con 140.000 kilómetros cuadrados de superficie y unos 140 millones de habitantes (el 60% de la población total indonesia) y Filipinas (antigua colonia española), que tiene 300.000 kilómetros cuadrados (más pequeña que muchos países europeos, como España, su antigua metrópoli, Francia, Alemania, Suecia, Finlandia o Polonia) y ya está a punto de alcanzar los 100 millones de habitantes.

    En cambio, en la propia Asia oriental, pero más al norte, hay otros dos países con altas densidades de población (superiores a 300 habitantes por kilómetro cuadrado), pero tendencias demográficas muy positivas: se trata de Japón y Corea del Sur.

    Japón ha sido históricamente un país de elevada natalidad y fuerte crecimiento demográfico (su población se dobló entre 1880 y 1945), pero hoy día es el más envejecido del mundo. Su población alcanzó un máximo de 128 millones de habitantes en 2010 y ahora tiene un millón menos. Pero esta caída demográfica no ha hecho más que empezar y Japón podría perder más de la mitad de su población durante el siglo XXI:

   

    La pirámide de población japonesa es contundente y no deja lugar a dudas sobre el envejecimiento demográfico del país:

   

 

    Corea del Sur tiene 50 millones de habitantes -de los que la mitad viven en Seúl, su capital, una de las ciudades más grandes del mundo- con una extensión de unos 100.000 kilómetros cuadrados, lo que significa que su densidad demográfica es muy elevada: 500 habitantes por kilómetro cuadrado.

    Sin embargo, este país tiene un crecimiento demográfico cada vez más lento y se prevé que su población se estabilice a corto plazo y después empiece a disminuir.

    La pirámide de población surcoreana muestra una tendencia evidente al envejecimiento, con una fuerte concentración en los grupos intermedios de edad, entre los 30 y los 55 años:

   

       Pasando a otras áreas del mundo, está claro que Europa también está teniendo un comportamiento demográfico muy adecuado: su población tiende a estabilizarse o disminuir. El descenso demográfico ha sido evidente en algunos países del Este, como Bulgaria, que ha perdido un 20% de su población desde finales de los años 80 (pasando de 9 a poco más de 7 millones de habitantes), o Rumanía, con dos millones menos de habitantes que hace 25 años, si bien estos cambios se deben no sólo a un crecimiento natural negativo, sino también a la fuerte emigración de búlgaros y rumanos hacia otros países europeos más desarrollados.

    Los países nórdicos pueden servir como ejemplo; densidades de población bajas y gran desarrollo económico, social y cultural. Suecia tiene 450.000 kilómetros cuadrados (casi tan grande como España) y 9 millones de habitantes, Finlandia supera los 300.000 kilómetros cuadrados y poco más de 5 millones y medio de habitantes y Noruega tiene casi 400.000 kilómetros cuadrados y 5 millones de habitantes.

    También podemos fijarnos en Australia, con sus más de siete millones de kilómetros cuadrados, poco más de 20 millones de habitantes y una economía muy avanzada y una renta per cápita similar a la su antigua metrópoli (Inglaterra) o a otros países europeos desarrollados.

    Por último, África supera ya los 1.000 millones de habitantes y concentra el 15% de la población mundial. Esta proporción irá aumentando, si se tiene en cuenta que África es el continente con un crecimiento demográfico más rápido. Sus principales focos de superpoblación se encuentran en Egipto (85 millones de habitantes concentrados en una estrecha franja en torno al Nilo) y Nigeria, el país más poblado del continente y con un crecimiento explosivo, pues ha triplicado su población en poco más de 40 años (actualmente se estima en 170 millones de habitantes, el doble que Alemania o más que Rusia) y podría superar los 400 millones a mediados del presente siglo (lo que la convertiría en el tercer país más poblado del mundo, sólo superado por India y China, e inmediatamente por delante de Estados Unidos)..

Gerontocracia española: casi la mitad de los ministros tienen más de 60 años

    Se han escrito cientos de páginas sobre la gerontocracia soviética de los años 80, cuando murió Brézhnev (después de 18 años al frente del país) y fue sucedido por el veterano Yuri Andrópov y este, a su vez, por Konstantin Chernenko (que sólo duró un año en el poder). Este término fue también aplicable a otros países comunistas del este de Europa que tuvieron en aquella época dirigentes de edades avanzadas, como la Alemania del Este o Bulgaria (sus presidentes, Erich Honecker y Todor Zhivkov, cumplieron los 70 años a principios de esa década).

    Pero no han sido los únicos ejemplos históricos de países con gobernantes mayores: si nos ceñimos a Europa, Italia ha tenido presidentes de la República de más de 80 años, como Sandro Pertini (que asumió el poder en 1978 a los 81 años y lo dejó en 1985 con 88) o el actual Giorgio Napolitano (nació en 1925, con lo cual tiene cerca de 90 años) o en Francia ha habido algunos de más de 70, como François Mitterrand (que cumplió esa edad en 1986 y fue presidente hasta 1995) o Jacques Chirac (nacido en 1932 y presidente de 1995 a 2007).

    Incluso se podría aplicar, en cierto sentido, el concepto de gerontocracia al Gobierno español actual, que tiene trece ministros, de los cuales seis superan los 60 años. El propio presidente, Mariano Rajoy, se acerca a esa edad, pues nació en marzo de 1955:

    http://es.wikipedia.org/wiki/Mariano_Rajoy_Brey

    Mariano Rajoy Brey (Santiago de Compostela, La Coruña, 27 de marzo de 1955) es un político español, presidente del Gobierno de España1 2 desde la jura de su cargo ante el rey el 21 de diciembre de 2011.

    Los seis ministros mayores de 60 años son los siguientes:

    José Manuel García-Margallo (Exteriores), de 69 años

    http://es.wikipedia.org/wiki/José_Manuel_García-Margallo_y_Marfil

    José Manuel García-Margallo y Marfil (Madrid, 13 de agosto de 1944) es un político español, miembro del Partido Popular. Es ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación del Gobierno de España desde el 22 de diciembre de 2011.

    Pedro Morenés (Defensa), de 65 años

    http://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Morenés_y_Álvarez_de_Eulate

    Pedro de Morenés y Álvarez de Eulate (Las Arenas, Guecho, Vizcaya, 17 de septiembre de 1948) es un empresario y político del Partido Popular español, ministro de Defensa del Gobierno de España desde el 22 de diciembre de 2011.

    Cristóbal Montoro (Hacienda y Administraciones Públicas), de 63 años

    http://es.wikipedia.org/wiki/Cristóbal_Montoro

    Cristóbal Ricardo Montoro Romero (Cambil, Jaén, 28 de julio de 1950), es el actual ministro de Hacienda y Administraciones públicas español, desde el 22 de diciembre de 2011.

    Jorge Fernández (Interior), de 63 años

    http://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_Fernández_Díaz

    Jorge Fernández Díaz (Valladolid, 6 de abril de 1950) es un ingeniero industrial e inspector de trabajo español, aunque se dedica a la política desde los 28 años ... Desde el 22 de diciembre de 2011 es Ministro del Interior del Gobierno de España.

    José Ignacio Wert (Educación, Cultura y Deporte), de 63 años

    http://es.wikipedia.org/wiki/José_Ignacio_Wert_Ortega

    José Ignacio Wert Ortega (Madrid, 18 de febrero de 1950) es un político, profesor y abogado español.

    El 22 de diciembre de 2011 fue nombrado ministro de Educación, Cultura y Deporte por el Rey a propuesta del presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy.

    Miguel Arias Cañete (Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente), de 63 años

    http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Arias_Cañete

    Miguel Arias Cañete (Madrid, 24 de febrero de 1950), es un político español miembro del Partido Popular y Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España desde el 22 de diciembre de 2011.

    Por el contrario, sólo dos miembros del actual Gobierno español tienen menos de 50 años: la vicepresidenta y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría (42 años), y la ministra de Trabajo, Fátima Báñez (46).

    http://es.wikipedia.org/wiki/Soraya_Sáenz_de_Santamaría

    María Soraya Sáenz de Santamaría Antón (Valladolid, 10 de junio de 1971) es una política española perteneciente al Partido Popular. Desde el 22 de diciembre de 2011 es vicepresidenta, ministra de la Presidencia y portavoz del Gobierno de España presidido por Mariano Rajoy.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Fátima_Báñez

    María Fátima Báñez García (nacida en San Juan del Puerto, Huelva, España, el 6 de enero de 1967), más conocida como Fátima Báñez, es una política, economista y jurista española. Desde diciembre de 2011 es ministra de Empleo y Seguridad Social del Gobierno de España.

España, donde empieza a ser habitual que un trabajador en activo cobre menos que un jubilado

    Esta semana se ha publicado un artículo que afirma que casi uno de cada cuatro pensionistas recibe una pensión superior al sueldo de la mayoría de los trabajadores:

 

    LAS PENSIONES COMPENSAN LA MODERACIÓN SALARIAL

    La cuarta parte de los pensionistas cobra más que la mayoría de trabajadores

La cuarta parte de los pensionistas cobra más que la mayoría de trabajadores
 
 

    La crisis económica continúa produciendo intensos cambios en la estructura económica española. También está afectando, y de forma relevante, a la relación entre salarios y pensiones, la clave de bóveda del sistema público de protección social. Y lo que dicen las últimas cifras oficiales es que, prácticamente, la cuarta parte de los pensionistas españoles -en concreto, el 23,26%-, tiene ya unos ingresos superiores al tramo salarial más frecuente entre los trabajadores en activo.

    O lo que es lo mismo, y expresando de forma más precisa, 1,89 millones de pensionistas (incluyendo todos los regímenes) tienen unos ingresos que se sitúan por encima de los 16.800 euros al año (en catorce pagas), que es el salario más frecuente de los españoles, según refleja la última Encuesta de Estructura Salarial de España.

    Lo paradójico del caso no es tanto la relación entre salarios y pensiones, sino, sobre todo, su evolución dispar, toda vez que mientras el incremento de las nóminas se ha ido moderando a consecuencia de la crisis (el aumento salarial medio pactado en convenio apenas está creciendo un 0,6% -por debajo del IPC-), la pensión media no ha dejado de subir. La pensión media del sistema de Seguridad Social (de nuevo incluyendo todos los regímenes) se situó en 974,30 euros. Es decir un 3% más que en la media del año 2012.

    El incremento no tiene que ver con una subida general de las pensiones. Al contrario, hay que vincularlo a que las nuevas pensiones son más elevadas que las que causan baja (también las bases de cotización son más elevadas), por lo que de forma automática se produce un aumento de la pensión media, que sube más que los salarios.

    Se trata de un proceso imparable que se manifestará con mayor nitidez en los próximos años de mantenerse la moderación salarial. Hay que tener en cuenta que mientras que la pensión media de quienes se dan de baja asciende a 777,99 euros al mes, la cuantía de las nuevas pensiones es de 986,20. Por lo tanto, casi un 13% más.

    ¿Qué significa esto? Pues ni más ni menos que las pensiones públicas son cada vez más relevantes a la hora de garantizar la renta disponible de las familias. No hay que olvidar que esos casi 1.000 euros de pensión media se sitúan muy encima de lo que perciben millones de trabajadores.

    Según la Encuesta de Estructura Salarial, el 33% de los trabajadores a tiempo completo -uno de cada tres- obtiene mensualmente unos ingresos inferiores a dos veces el salario mínimo interprofesional (SMI), que para este año se ha fijado en 645,30 euros. Es decir, 18.068 euros. Casi dos millones de pensionistas ingresa por encima de esa cantidad. 

    Pensiones y umbral de pobreza

    El hecho de que la pensión se ha convertido en un factor fundamental de estabilidad económica, a consecuencia de que la economía española ha destruido casi cuatro millones de empleos desde que estallara la crisis, se observa de forma nítida en el siguiente ejemplo.

    Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), el riesgo de pobreza ha subido en España desde que apareció la crisis. Ha pasado del 20,7% al 21,1% para el conjunto de las edades. Pero para las superiores a 64 años, este riesgo (cuando no se alcanza el 60% de la mediana por unidad de consumo) ha pasado del 21,7% en 2010 al 16,9%, señal inequívoca de que las pensiones ganan cuota en el reparto de la tarta nacional frente a los salarios.

    Esta evolución de las pensiones en un contexto de moderación salarial explica, en parte, la intención del Gobierno de ir limitando su actualización en función de la marcha del índice de precios de consumo (IPC).

    En el reciente documento enviado por la Seguridad Social al Pacto de Toledo, se recuerda, de hecho, como una especie de aviso a navegantes que el impacto de la crisis económica ha planteado la reforma del sistema de revalorización de las pensiones en numerosos países, incluyendo “modificaciones en el método de cálculo de dicha indexación”. Además del indicador de precios de consumo, sostiene el Gobierno, se ha incluido la evolución media de los salarios o la productividad. De esta manera, se pretende abortar la creciente divergencia entre evolución de los salarios y de las pensiones.

    http://www.elconfidencial.com/economia/2013/05/14/la-cuarta-parte-de-los-pensionistas-cobra-mas-que-la-mayoria-de-trabajadores-120864/

 

    Sabiendo que muchas veces los artículos de prensa son tendenciosos, hay que tener en cuenta, en primer lugar que el problema no es que las pensiones españolas sean excepcionalmente elevadas, sino que los salarios son muy bajos, además de sufrir un paro estratosférico (27% en términos globales y casi un 60% entre los jóvenes).

    Por tanto, es cada vez más frecuente que haya trabajadores con años de experiencia y empleos estables que ven como sus salarios son inferiores a las pensiones de sus padres jubilados.

    Por supuesto, es absurdo culpar a los jubilados de esta situación y hasta los propios políticos pondrían en peligro su poder si entraran en ese juego. Pero no es nada extraño que muchos empleados (ya sean públicos o del sector privado) que han visto considerablemente recortados sus sueldos, mientras los precios no han parado de subir, recurran a la ayuda económica de sus padres jubilados cada vez que les surge un gasto imprevisto de cierta importancia.

    También se podría hablar de la gran cantidad de trabajadores despedidos o autónomos y pequeños empresarios que han cerrado sus negocios y dependen directamente de las pensiones de sus padres: hay cientos de miles de familias en las que nadie trabaja y que no han caído en la indigencia gracias a las pensiones de sus miembros jubilados. Es decir, que hay un enorme número de pensionistas que mantienen a familias enteras.

    De todo esto, se puede fácilmente deducir que un recorte de las pensiones multiplicaría el riesgo de un estallido social, al depender de ellas no sólo los propios jubilados que las perciben, sino sus familiares que se han quedado en paro o han visto rebajado su salario hasta el punto de tener dificultades para afrontar en ciertos gastos, y supondría un suicidio político para el partido que llevara a cabo esa medida.

    El sistema político español se mantiene más que nunca gracias al voto de los jubilados y el partido que gobierne se pensará mucho bajar las pensiones, al menos de forma muy evidente.

    Entre los empleados públicos que han sufrido sucesivos recortes de sueldo o despidos, los trabajadores del sector privado que han experimentado las mismas situaciones, los pequeños empresarios que han tenido que cerrar sus negocios por la crisis, los autónomos que sufren unos impuestos abusivos o los jóvenes que tienen unos niveles de paro tercermundistas es lógico que el apoyo a los grandes partidos políticos tienda a caer en picado y no se termine de hundir por el alto número de pensionistas en uno de los países demográficamente más envejecidos del mundo (quizá el tercero tras Japón e Italia).

El mito "hacen falta emprendedores", ¿tiene sentido?

    En los últimos años, los medios de comunicación españoles han transmitido frecuentemente la idea de que hacen falta más ermprendedores o de que la gente suele tener una escasa iniciativa personal, que se vería reflejada en la supuesta aspiración seguida por muchos de trabajar como asalariados (ya sea en el sector privado o mediante el empleo público: en este sentido, tiene mucha fuerza el tópico “Todo el mundo quiere ser funcionario”, también muy difundido por los medios) en lugar de poner en marcha su propio negocio.

    Sin embargo, si observamos más fríamente la realidad, podemos darnos cuenta de que no es muy lógico recomendar a la gente que monte negocios, en primer lugar por estar en un país que pone muchas trabas administrativas a los “emprendedores”, pero también porque en la actual situación de crisis y de caída masiva del consumo cada día cierran decenas de pequeñas empresas, algunas de ellas muy afianzadas y que llevaban décadas funcionando, hasta el punto de que barrios enteros que siempre se habían caracterizado por su dinamismo y su actividad comercial ahora tienen un aspecto fantasmal, con locales comerciales cerrados y con carteles de “Se alquila” o “Se traspasa”:

    En la práctica, el prototipo del “emprendedor” es, en muchos casos, un padre de familia con una edad en torno a los 45 ó 50 años, que se queda en paro por un ERE o el cierre de la empresa donde trabajaba y, sabiendo que a esa edad nadie le va a contratar y otras opciones tampoco son muy viables (como hacerse funcionario con las oposiciones congeladas y habiendo perdido la costumbre de estudiar o emigrar al extranjero u otra región teniendo cargas familiares que dificultan y limitan su movilidad), decide abrir un pequeño negocio de tipo tradicional, generalmente un bar, una tienda de barrio o una panadería.

    Aquí se plantean varios problemas: que si tanta gente monta ese tipo de negocios, el mercado se saturaría, se formaría una burbuja (por ejemplo, de bares) y muchos no serían rentables, ante tanta competencia y la dificultad añadida de la bajada del consumo (que, de entrada, reduce las posibilidades de cualquier pequeño negocio de salir adelante y tener éxito) y que muchos de esos parados que abren bares o tiendas lo hacen como último recurso y sin tener mucha idea de cómo dirigir una empresa. Por tanto, no es raro que gran parte de esos pequeños negocios (por no decir la inmensa mayoría) echen la persiana en menos de un año.

    Después de haber hecho estas observaciones, se puede llegar fácilmente a la conclusión de que repetir sistemáticamente que hacen falta emprendedores es una manera de llevar al matadero a miles de personas. No tiene sentido recomendar a un parado de 50 años que invierta sus ahorros de toda la vida, o una buena parte de ellos, en montar una empresa de viabilidad más que dudosa, que le supondría perder mucho dinero. Quizá se insista tanto en animar a los españoles a “emprender” porque el Gobierno pueda recaudar un buen dinero con los impuestos y trámites administrativos que suponen la apertura de nuevas empresas (aunque finalmente esos negocios no prosperen y el dinero recaudado no se destine a mejorar los servicios públicos, sino a financiar mamandurrias y prebendas de los políticos).


Otra consecuencia lógica de la crisis: la caída en las ventas de coches

    La crisis económica que se manifiesta desde hace cuatro años ha tenido consecuencias muy diversas, pero una de las más evidentes es el descenso en las ventas de automóviles y su mayor duración.

    Por ejemplo, en septiembre del pasado año 2012, las ventas de coches en España se redujeron más de un 35% en relación al mismo mes del año anterior (cuando ya la crisis se había instalado de lleno):

    http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/acierto/ecomotor/motor/noticias/4288063/10/12/Las-ventas-de-coches-se-hunden-un-368-en-septiembre-hasta-35146-unidades.html

    En julio, las ventas de automóviles se situaban a niveles de 1972 (hace 40 años):

    http://www.libremercado.com/2012-08-18/la-venta-de-automoviles-cae-a-niveles-de-1972-1276466329/

    En líneas generales, las ventas de vehículos han caído más de un 50% respecto a los niveles de los años previos a la crisis, es decir, actualmente se venden en España menos de la mitad de los coches que en aquella época.

    Las actuales circunstancias económicas justifican sobradamente esta situación. Hoy día, para comprarse un coche nuevo en España hace falta ser millonario, o al menos de clase media acomodada (catedrático de universidad, ingeniero con muchos años de experiencia y cargo directivo en alguna empresa importante, mediano empresario con negocios consolidados desde hace tiempo), o bien un insensato.

     Es evidente que hay muchas personas que necesitan el coche para desplazarse al trabajo, pero lo mejor que pueden hacer es comprarse un vehículo de segunda mano que no esté muy castigado, y a ser posible, un utilitario (se trata de moverse y desplazarse con él, no de lucirlo) tipo Ford Fiesta, Renault Clío, Seat Ibiza, Peugeot 207 o Volkswagen Polo.

    Tampoco tiene mucho sentido cambiar de coche cada cuatro o cinco años, como se hacia habitualmente en épocas recientes. Aunque los vehículos actuales están diseñados para durar menos tiempo que los que se fabricaban hace varias décadas, un coche moderno puede soportar diez o doce años si se tiene cierto cuidado en su manejo y mantenimiento.

     Por supuesto, si hubiese un transporte público en condiciones en la mayoría de las ciudades españolas y no fuese tan difícil desplazarse a los polígonos industriales o a muchos pueblos, las ventas de coches estarían todavía más hundidas y caerían a niveles de los años 60, de la época de vehículos míticos como los Seats 600 y 850, el Citroën 2 CV, el Renault 8 o el Simca 1000 (fabricado en España por Barreiros), pero con 10 millones de habitantes más que en aquellos tiempos (con lo cual la proporción de ventas de automóviles en relación a la población sería aún menor que en aquella época).

     Para terminar, los directivos de Faconauto (la patronal de los concesionarios de automóviles), que tanto se alegraban de la reforma laboral (con sus efectos de precarización del empleo y aumento del paro), ahora están tirándose de los pelos porque les cuesta mucho trabajo vender coches y, como es lógico, sus beneficios se han desplomado. A nadie debería darle esto la más mínima lástima, ya que aplaudían tanto la reforma laboral, ahora les toca sufrir sus consecuencias (hundimiento de las ventas de coches y, por tanto, de sus ingresos) y no tienen razón para quejarse.

El Imperio Español a lo largo de la historia

    Los países que forman la Península Ibérica (España y Portugal) fueron los primeros en la historia qoe lograron formar y desarrollar modernos imperios coloniales.

    Los portugueses empezaron el proceso en la primera mitad del siglo XV, cuando empezaron a explorar la costa atlántica africana (llegarían a doblar el cabo de Buena Esperanza y comprendieron que podían llegar a la India bordeando África), después descubrirían Brasil, que sería su colonia más importante, y algunos de sus territorios estarían en sus manos hasta épocas recientes, como las colonias africanas de Cabo Verde, Angola o Mozambique (que no se independizaron hasta 1975, después de la Revolución de los Claveles) o la ciudad china de Macao (perteneciente a Portugal desde mediados del siglo XVI hasta diciembre de 1999, cuando se convirtió en una región administrativa de la República Popular China).

    Por su parte, España crearía su imperio a partir de finales del siglo XV (época de los Reyes Católicos), tras el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en octubre de 1492. Colón realizó cuatro viajes y descubrió varias islas del Caribe, como Cuba, La Española, Puerto Rico o Jamaica, exploró las costas del istmo centroamericano y de las actuales Colombia y Venezuela. Inició la colonización de La Española, donde fundó La Isabela en enero de 1494, durante su segundo viaje.

    Además de conquistar gran parte de América, durante la primera mitad del siglo XVI, España tuvo territorios en Europa más allá de la Península Ibérica, Baleares y Canarias, como se puede observar en el mapa de abajo, donde los dominios españoles están marcados en amarillo (Flandes, el Milanesado, Cerdeña y el sur de Italia):

 

 

    A mediados del siglo XVI, España controlaba México (que sería conocido como Nueva España), el istmo centroamericano, el Caribe y gran parte del continente sudamericano (excepto Brasil, que correspondía a Portugal, según las normas marcadas en el Tratado de Tordesillas de 1494). Algunos personajes importantes en este proceso habían sido Hernán Cortés, responsable de la conquista de México (antiguo Imperio Azteca), Francisco Pizarro, conquistador del Perú (antes conocido con el nombre de Tahuantinsuyo en lengua quechua o Imperio incaico), Sebastián de Benalcázar, fundador de Cali y la moderna ciudad de Quito, o Pedro de Valdivia, que fundó Santiago de Chile.

    También hubo navegantes españoles que se lanzaron a explorar Extremo Oriente. El más conocido fue Miguel López de Legazpi, conquistador de las islas Filipinas (así llamadas en honor al rey Felipe II) y fundador de Manila en 1571.

    Pero la máxima extensión del Imperio Español se alcanzó en 1580, cuando Felipe II heredó la Corona de Portugal, tras la extinción de la línea masculina de la dinastía de Avis (de la cual el propio monarca español descendía por línea femenina, al ser hijo de Isabel de Avis), y con ello los territorios del Imperio Portugués. Fue entonces cuando se hizo muy popular la frase de que Felipe II controlaba un imperio donde no se ponía el sol.


    Este mapa muestra la extensión del Imperio Español a finales del siglo XVI. En naranja se marcan los dominios del Imperio Español primigenio, anterior a la incorporación de Portugal en 1580 y en verde los territorios del Imperio Portugués, que pasarían a formar parte de la Corona española.

    Como se puede observar, Felipe II tenía en sus manos toda la Península Ibérica, Flandes y los Países Bajos (actuales Bélgica y Holanda), Luxemburgo, el Franco Condado, el sur de Italia, una parte importante de las costas africanas, tanto del Atlántico como del Índico, la mayoría de América (Florida, México, el istmo centroamericano, las islas del Caribe y la parte sur del continente), el litoral indio y buena parte del Sudeste asiático (incluyendo las islas Filipinas, recientemente conquistadas y algunos enclaves del sur de China).

    Sin embargo, el siglo XVII fue una época de decadencia del imperio más importante de la época. Portugal se independiza de nuevo en 1640 y adopta una nueva dinastía: los Braganza, que permanecerá hasta la caída de la monarquía portuguesa, en 1910. En 1659, con la Paz de los Pirineos, se pierde el Rosellón, región histórica con capital en Perpiñán (en francés, Perpignan), que pasará a manos de Francia y será conocida como la Cataluña francesa.

    Tras la muerte en 1700 de Carlos II, el último rey de la dinastía de los Austrias, se desencadena una guerra de sucesión, y se instalan los Borbones en el trono español con Felipe V, nieto del rey francés Luis XIV. Se pierden los dominios italianos (la región de Milán y la zona de Nápoles y Sicilia), Flandes y se cede a Gran Bretaña el peñón de Gibraltar, que todavía no ha sido devuelto a España.

    Por su parte, los territorios americanos se subdividen y se crean nuevos virreinatos (ambos desgajados del Perú): el de Nueva Granada, que abarca las actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá, y el del Río de la Plata, que se extiende por las actuales Argentina, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Por tanto, a finales del siglo XVIII, el Virreinato del Perú queda reducido al actual Estado peruano. También se conquistarían una porción importante de los actuales Estados Unidos (así se explican los nombres españoles de algunas de sus ciudades, como Los Ángeles, San Francisco, Sacramento o El Paso). En el siguiente mapa, se puede ver la extensión del Imperio Español a principios del siglo XIX (marcada en amarillo oscuro):

 

 

    En las décadas siguientes, la extensión del Imperio Español se reduce drásticamente por la independencia de los territorios americanos, que se lleva a cabo en su mayoría antes de 1830. Aquí se observan marcadas en azul las tierras americanas independizadas en el primer tercio del siglo XIX:

 

 

    Por el contrario, se marcan en rojo los territorios que aún permanecerían bajo dominio español hasta finales del siglo XIX: Cuba y Puerto Rico en el Caribe y Filipinas en Extremo Oriente. Otros pequeños territorios conquistados por España a partir de entonces serían las islas de Fernando Poo (actual Bioko) y Annobón (en el golfo de Guinea) que junto con la tierra firme de Río Muni formarían la Guinea española hasta su independencia en 1968, el protectorado del norte de África (el norte del actual Marruecos, independizado en 1956) y el Sahara occidental:

 

 

 

    Además de todo esto, se puede hacer, para finalizar, una breve mención a los territorios poseídos por España en Oceanía durante la historia: la isla de Pascua (entre 1722 y 1818, actualmente pertenece a Chile, aunque esté a más de 2000 kilómetros de sus costas), las islas Marianas (en el Pacífico occidental, al este de Filipinas, en manos españolas entre 1521 y 1899) y las islas Carolinas (bajo dominio español entre 1528 y 1707, en 1875 y de 1885 a 1899).