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El blog de Silverfox

Historia

Los Borbones, sus ramas y dinastías

    Recientemente se ha producido la abdicación del rey de España Juan Carlos I y esta semana será coronado su hijo y heredero Felipe con el nombre de Felipe VI. Por tanto, podría ser un buen momento para recordar la historia de la familia reinante en España y sus orígenes.

    La Casa de Borbón ha reinado a lo largo de la historia en varios países europeos, especialmente Francia (de donde procede), España y algunos Estados italianos existentes antes de la unificación (el ducado de Parma y el reino de las Dos Sicilias).

    Sus orígenes más lejanos se remontan al siglo X, pero es a partir del siglo XIII cuando entroncan con los Capetos (dinastía medieval de reyes franceses), debido al matrimonio del príncipe Roberto de Clermont (hijo de Luis IX) con Beatriz de Borgoña, señora de Borbón. El hijo primogénito de este matrimonio (Luis, nacido en 1279) sería el primer duque de Borbón.

    El primer rey de esta familia fue Enrique IV de Francia, nacido en 1553 y criado como hugonote para posteriormente convertirse al catolicismo (se le atribuye la frase "París bien vale una misa").

    

    Su reinado se inició en 1589 y duró hasta 1610, cuando fue asesinado por François Ravaillac, un fanático católico.

    Al ser el primer rey Borbón de la historia, fue un antepasado común de todas las ramas borbónicas surgidas a partir de esa época.

   La dinastía francesa de los Borbones continuó con su hijo Luis XIII, casado con Ana de Austria, hija del rey español Felipe III y hermana de Felipe IV. Reinó hasta su muerte (en 1643) y tuvo dos hijos: Luis (que reinaría como Luis XIV) y Felipe, duque de Orleáns y que inició la rama de los Borbón-Orleáns (o simplemente los Orleáns, que aportarían ya en el siglo XIX un rey a Francia: Luis Felipe I).

    Desde 1643 hasta 1661 Luis XIV reinó bajo la regencia del cardenal Mazarino. Estuvo casado con María Teresa de Austria, hija del rey español Felipe IV, con quien tuvo un hijo, también llamado Luis. Tuvo numerosos hijos bastardos y a algunos los reconoció y nombró aptos para la sucesión.

    

    Su reinado fue muy largo, ya que murió en 1715. Sobrevivió a su hijo Luis (fallecido en 1711) y a dos de sus nietos legítimos y fue sucedido en el trono francés por su bisnieto Luis XV.

    Por otra parte, a principios del siglo XVIII nació la dinastía española de los Borbones, cuyo primer rey fue Felipe V. Era nieto de Luis XIV y fue criado en la corte de Versalles (capital francesa de aquellos tiempos). Llegó a España en la adolescencia, después de que Carlos II (último rey de la dinastía de los Austrias, muerto sin descendencia en 1700) le nombrara sucesor.

    Como se especificó en un párrafo anterior, su abuelo Luis XIV estuvo casado con una hija de Felipe IV. Por tanto, Felipe V fue bisnieto de ese rey.

    Así pues, al iniciarse el siglo XVIII los Borbones ya se han dividido en dos ramas: la reinante en Francia y la dinastía española.

    La dinastía francesa seguirá con Luis XV (que murió en 1774) y su nieto Luis XVI (guillotinado en 1793, durante la Revolución Francesa), para volver en 1815, tras la batalla de Waterloo y la consiguiente caída de Napoleón, con Luis XVIII (hermano de Luis XVI), muerto sin descendencia en 1824. Fue sucedido por su otro hermano Carlos X, que trató de restaurar el absolutismo y retornar al Antiguo Régimen y destituido en 1830 para ser sucedido por su primo Luis Felipe I, de la rama colateral de los Borbón-Orleans (descendientes del príncipe Felipe, duque de Orleans y hermano de Luis XIV):

   

    Por su parte, la dinastía española de los Borbones empieza con Felipe V, rey en dos etapas: desde 1700 hasta su abdicación en 1724 (siendo sucedido por su hijo mayor, Luis I, que fallece a los pocos meses) y desde 1724 (tras la muerte de Luis I) hasta 1746.

   

    Felipe V reformó a fondo la administración: trasplantando el modelo centralista francés, aprobó los Decretos de Nueva Planta, que abolieron los fueros de los territorios pertenecientes a la antigua Corona de Aragón (Cataluña, Aragón, Valencia y Baleares).

    A través de sus hijos no sólo continuó la dinastía, sino que se formaron otras ramas colaterales, que reinarían en Italia: los Borbón-Dos Sicilias y los Borbón-Parma.

    Los Borbones reinaron en el sur de Italia durante buena parte de los siglos XVIII y XIX, primero con Carlos III y después con su tercer hijo Fernando y sus descendientes, que formarían la rama Borbón-Dos Sicilias.

    Fernando I reinó desde 1759 hasta 1799, 1799 a 1806, 1815 a 1816 y desde 1816 hasta su muerte en 1825. Le siguieron su hijo Francisco I (1825-1830), su nieto Fernando II (1830-1859) y su bisnieto Francisco II (1859-1860). Su hija María Amelia se casaría con Luis Felipe I, el último rey Borbón francés.

    Por su parte, los Borbón-Parma descienden del infante Felipe, uno de los hijos menores de Felipe V y hermano de Carlos III. Perteneció a esta rama su hija María Luisa, reina de España por su matrimonio con Carlos IV. Fueron duques de Parma hasta poco antes de la unificación italiana: Carlos I (después Carlos III de España), Felipe I (1748-1765), su hijo Fernando I (1765-1802), Carlos II, nieto del anterior (1847-1848), seguidos de su hijo Carlos III (1848-1854) y su nieto Roberto I (1854-1859). Entre 1802 y 1814 el territorio formó parte del Imperio Napoleónico y desde ese último año hasta 1847 estuvo en manos de la Casa de Habsburgo-Lorena, la dinastía imperial austriaca.

    La dinastía española de los Borbones ha continuado así desde mediados del siglo XVIII:

    - Fernando VI (1746-1759), hijo de Felipe V y su primera esposa María Luisa de Saboya

    - Carlos III (1759-1788), hijo de Felipe V y su segunda mujer Isabel de Farnesio y, por tanto, hermano de padre del anterior rey, que no tuvo descendencia

    - Carlos IV (1788-1808), hijo de Carlos III

    - Fernando VII (1814-1833), hijo de Carlos IV y que empezó a reinar tras la guerra de Independencia

    - Isabel II (1843-1868), hija de Fernando VII, reina desde los 13 años y anteriormente bajo las regencias de María Cristina, su madre, y el general Espartero

    - Alfonso XII (1874-1885), hijo de Isabel II

    - Alfonso XIII (1902-1931), hijo póstumo de Alfonso XII y bajo la regencia de su madre (María Cristina de Habsburgo-Lorena) desde su nacimiento en 1886 hasta 1902, cuando cumplió la mayoría de edad y fue proclamado rey titular

    - Juan Carlos I (1975-2014), nieto de Alfonso XIII, su reinado abarca desde la muerte de Francisco Franco y el fin de su régimen (noviembre de 1975) hasta su reciente abdicación (anunciada el 2 de junio de 2014 y que se hará efectiva el día 18)

    Otra rama destacada es la carlista, constituida por Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII y pretendiente al trono español con el nombre de Carlos V, y sus descendientes.

   

    En 1829 murió María Josefa Amalia de Sajonia, tercera mujer de Fernando VII, que no había tenido descendencia y sufría una salud delicada, por lo que la sucesión correspondía a Carlos María Isidro, su hermano más próximo (al que correspondería el nombre de Carlos V).

    Pero el rey volvió a casarse, esta vez con su sobrina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (hija de su primo Francisco I, también nieto de Carlos III y rey de las Dos Sicilias, y de su hermana menor María Isabel). De ese matrimonio nacerían dos hijas, la primera de ellas, la futura Isabel II, en octubre de 1830.

    Varios meses antes, en mayo de 1830, Fernando VII había aprobado la Pragmática Sanción, que derogaba la Ley Sálica y permitía que las mujeres accediesen al trono, con lo cual su hija Isabel se convertía en heredera y, por tanto, su hermano quedaba desplazado en la línea sucesoria.

    Los partidarios de Carlos (llamados "carlistas") rechazaron la Pragmática Sanción y poco después de la muerte de Fernando VII se inicia una guerra civil, la Primera Guerra Carlista, que se prolonga hasta 1840.

    Tuvo tres hijos: el mayor, también llamado Carlos, fue pretendiente al trono desde 1845 con el nombre de Carlos VI, pero no tuvo descendencia. Entre 1846 y 1849 se produjo la Segunda Guerra Carlista, más presente en ciertas zonas de Cataluña.

    Los derechos sucesorios pasaban desde su muerte (en 1861) a su hermano Juan, aspirante al trono hasta 1868, cuando renuncia en favor de su hijo Carlos, conocido como Carlos VII. Sus partidarios se levantaron en abril de 1872 y así se inició la Tercera Guerra Carlista, que durará hasta 1876.

    Casado con Margarita de Borbón-Parma (hermana de Roberto I, último duque de Parma), murió en 1909 y había tenido cuatro hijas y un único hijo varón, que sería conocido como Jaime III, nunca tuvo descendencia y murió soltero en 1931.

    Por tanto, sólo quedaba como representante de la línea masculina de la rama carlista Alfonso Carlos, hermano de Carlos VII, casado muy joven, pero que no había tenido hijos. Falleció en 1936 y con su muerte se extinguía la rama carlista original.

    A partir de entonces, los pretendientes carlistas al trono español vendrían de la rama Borbón-Parma, la más próxima a la carlista gracias al matrimonio de Carlos VII con la princesa Margarita. Esta era hermana de Roberto I, que a su vez sería padre (entre muchos otros hijos que tuvo) de Javier de Borbón-Parma (que era, por tanto, primo carnal de Jaime III).

    Javier llegará a autoproclamarse rey con el nombre de Javier I en 1952. Aunque se casó tardíamente (cerca de los 40 años), tuvo seis hijos, dos de ellos varones: Carlos Hugo y Sixto.

    Carlos Hugo, nacido en 1930 y fallecido en 2010, fue candidato del Partido Carlista en Navarra en las elecciones de 1979, pero no consiguió escaño. Fue profesor en la Universidad de Harvard. Su hermano Sixto (nacido en 1940) representa el sector más conservador del movimiento carlista.

    Los partidarios de cada uno de ellos se enfrentaron en Montejurra en mayo de 1976. Murieron dos personas, hubo varios heridos y Sixto fue expulsado de España tras aquellos acontecimientos.

El Imperio Español a lo largo de la historia

    Los países que forman la Península Ibérica (España y Portugal) fueron los primeros en la historia qoe lograron formar y desarrollar modernos imperios coloniales.

    Los portugueses empezaron el proceso en la primera mitad del siglo XV, cuando empezaron a explorar la costa atlántica africana (llegarían a doblar el cabo de Buena Esperanza y comprendieron que podían llegar a la India bordeando África), después descubrirían Brasil, que sería su colonia más importante, y algunos de sus territorios estarían en sus manos hasta épocas recientes, como las colonias africanas de Cabo Verde, Angola o Mozambique (que no se independizaron hasta 1975, después de la Revolución de los Claveles) o la ciudad china de Macao (perteneciente a Portugal desde mediados del siglo XVI hasta diciembre de 1999, cuando se convirtió en una región administrativa de la República Popular China).

    Por su parte, España crearía su imperio a partir de finales del siglo XV (época de los Reyes Católicos), tras el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en octubre de 1492. Colón realizó cuatro viajes y descubrió varias islas del Caribe, como Cuba, La Española, Puerto Rico o Jamaica, exploró las costas del istmo centroamericano y de las actuales Colombia y Venezuela. Inició la colonización de La Española, donde fundó La Isabela en enero de 1494, durante su segundo viaje.

    Además de conquistar gran parte de América, durante la primera mitad del siglo XVI, España tuvo territorios en Europa más allá de la Península Ibérica, Baleares y Canarias, como se puede observar en el mapa de abajo, donde los dominios españoles están marcados en amarillo (Flandes, el Milanesado, Cerdeña y el sur de Italia):

 

 

    A mediados del siglo XVI, España controlaba México (que sería conocido como Nueva España), el istmo centroamericano, el Caribe y gran parte del continente sudamericano (excepto Brasil, que correspondía a Portugal, según las normas marcadas en el Tratado de Tordesillas de 1494). Algunos personajes importantes en este proceso habían sido Hernán Cortés, responsable de la conquista de México (antiguo Imperio Azteca), Francisco Pizarro, conquistador del Perú (antes conocido con el nombre de Tahuantinsuyo en lengua quechua o Imperio incaico), Sebastián de Benalcázar, fundador de Cali y la moderna ciudad de Quito, o Pedro de Valdivia, que fundó Santiago de Chile.

    También hubo navegantes españoles que se lanzaron a explorar Extremo Oriente. El más conocido fue Miguel López de Legazpi, conquistador de las islas Filipinas (así llamadas en honor al rey Felipe II) y fundador de Manila en 1571.

    Pero la máxima extensión del Imperio Español se alcanzó en 1580, cuando Felipe II heredó la Corona de Portugal, tras la extinción de la línea masculina de la dinastía de Avis (de la cual el propio monarca español descendía por línea femenina, al ser hijo de Isabel de Avis), y con ello los territorios del Imperio Portugués. Fue entonces cuando se hizo muy popular la frase de que Felipe II controlaba un imperio donde no se ponía el sol.


    Este mapa muestra la extensión del Imperio Español a finales del siglo XVI. En naranja se marcan los dominios del Imperio Español primigenio, anterior a la incorporación de Portugal en 1580 y en verde los territorios del Imperio Portugués, que pasarían a formar parte de la Corona española.

    Como se puede observar, Felipe II tenía en sus manos toda la Península Ibérica, Flandes y los Países Bajos (actuales Bélgica y Holanda), Luxemburgo, el Franco Condado, el sur de Italia, una parte importante de las costas africanas, tanto del Atlántico como del Índico, la mayoría de América (Florida, México, el istmo centroamericano, las islas del Caribe y la parte sur del continente), el litoral indio y buena parte del Sudeste asiático (incluyendo las islas Filipinas, recientemente conquistadas y algunos enclaves del sur de China).

    Sin embargo, el siglo XVII fue una época de decadencia del imperio más importante de la época. Portugal se independiza de nuevo en 1640 y adopta una nueva dinastía: los Braganza, que permanecerá hasta la caída de la monarquía portuguesa, en 1910. En 1659, con la Paz de los Pirineos, se pierde el Rosellón, región histórica con capital en Perpiñán (en francés, Perpignan), que pasará a manos de Francia y será conocida como la Cataluña francesa.

    Tras la muerte en 1700 de Carlos II, el último rey de la dinastía de los Austrias, se desencadena una guerra de sucesión, y se instalan los Borbones en el trono español con Felipe V, nieto del rey francés Luis XIV. Se pierden los dominios italianos (la región de Milán y la zona de Nápoles y Sicilia), Flandes y se cede a Gran Bretaña el peñón de Gibraltar, que todavía no ha sido devuelto a España.

    Por su parte, los territorios americanos se subdividen y se crean nuevos virreinatos (ambos desgajados del Perú): el de Nueva Granada, que abarca las actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá, y el del Río de la Plata, que se extiende por las actuales Argentina, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Por tanto, a finales del siglo XVIII, el Virreinato del Perú queda reducido al actual Estado peruano. También se conquistarían una porción importante de los actuales Estados Unidos (así se explican los nombres españoles de algunas de sus ciudades, como Los Ángeles, San Francisco, Sacramento o El Paso). En el siguiente mapa, se puede ver la extensión del Imperio Español a principios del siglo XIX (marcada en amarillo oscuro):

 

 

    En las décadas siguientes, la extensión del Imperio Español se reduce drásticamente por la independencia de los territorios americanos, que se lleva a cabo en su mayoría antes de 1830. Aquí se observan marcadas en azul las tierras americanas independizadas en el primer tercio del siglo XIX:

 

 

    Por el contrario, se marcan en rojo los territorios que aún permanecerían bajo dominio español hasta finales del siglo XIX: Cuba y Puerto Rico en el Caribe y Filipinas en Extremo Oriente. Otros pequeños territorios conquistados por España a partir de entonces serían las islas de Fernando Poo (actual Bioko) y Annobón (en el golfo de Guinea) que junto con la tierra firme de Río Muni formarían la Guinea española hasta su independencia en 1968, el protectorado del norte de África (el norte del actual Marruecos, independizado en 1956) y el Sahara occidental:

 

 

 

    Además de todo esto, se puede hacer, para finalizar, una breve mención a los territorios poseídos por España en Oceanía durante la historia: la isla de Pascua (entre 1722 y 1818, actualmente pertenece a Chile, aunque esté a más de 2000 kilómetros de sus costas), las islas Marianas (en el Pacífico occidental, al este de Filipinas, en manos españolas entre 1521 y 1899) y las islas Carolinas (bajo dominio español entre 1528 y 1707, en 1875 y de 1885 a 1899).