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El blog de Silverfox

Sociedad

Cómo mantener a una sociedad alienada

    Existen diferentes formas de control social que podrían dar para hacer largos debates, pero en resumidas cuentas algunas pautas para que una sociedad se mantenga alienada son las que se exponen aquí:

    1. Lavar el cerebro a los jóvenes para que su máxima aspiración en la vida sea parecerse a Belén Esteban, Kiko Rivera o Paris Hilton.

    2. Eliminar de los planes educativos toda materia social o humanística como Historia, Economía, Filosofía o Ética y reducir a su mínima expresión asignaturas que fomenten la creatividad (Arte, Música, Teatro, Poesía).

    3. Suprimir el nivel académico de las materias duras para rebajarlo y que "todos puedan competir"

    4. Importar miles de extranjeros y reducir la velocidad de la clase para que se adapten, igualando el nivel hacia abajo.

    5. Todo eso se complementa con unos profesores desprotegidos y más desmotivados que los propios alumnos. Si tienen vocación de docentes, se les deja indefensos ante las agresiones físicas o psíquicas.

    Ya tenemos una cantera de defensores del bipartidismo político y votantes de los dos grandes partidos del sistema (PSOE y PP), fanáticos del Real Madrid o el Barcelona (una forma de bipartidismo futbolístico equiparable al político) y consumidores compulsivos de telebasura (programas del estilo de "Sálvame" o "Gran Hermano").

Golpe a la I+D y un paso más hacia el tercermundismo: recorte de sueldo a los becarios españoles

    Recientemente, el Gobierno ha decidido bajar el sueldo un 5% a los becarios de investigación (igual que a los funcionarios):

    http://blogdelaboratorio.com/a-los-becarios-nos-quitan-el-5-del-sueldo/

    http://www.peticiones.es/peticion/no-a-la-reduccion-salarial-del-5-a-los-becarios-predoctorales-de-la-universidad-complutense-de-madrid-/253

    Sin duda, es una noticia nefasta porque la investigación científica y tecnológica podría ser una vía muy adecuada no sólo para salir de la crisis sino, sobre todo, para progresar a largo plazo, crear productos y puestos de trabajo de alto valor añadido y dejar de ser un país de camareros, albañiles y mano de obra barata con escasa formación.

    Pero las condiciones laborales de la carrera investigadora se pueden calificar con muchos adjetivos salvo el de atractivas. Resulta obsceno y ofensivo que personas que aportan sus conocimientos y formación para hacer que progresen la ciencia y la técnica ganen menos dinero que una cajera de supermercado o un friegaplatos, profesiones muy dignas y respetables pero que no requieren una formación especializada ni generan los mismos beneficios a la sociedad.

    Por tanto, no se trata de despreciar ni faltar al respeto a los que ejercen trabajos de escasa cualificación, sino de ser conscientes de quién aporta más a la sociedad, si un investigador médico o físico o alguien que se dedica a colocar latas de conservas en las estanterías de un supermercado de barrio.

    En estas condiciones, es perfectamente lógico que se produzca una fuga de cerebros, la gente con más talento huya de este país y dedicarse a la investigación se considere una pijada y un lujo reservado para millonarios de cuna e hijos de papá con la vida resuelta desde que nacieron. Tristemente, mientras perdemos a nuestro personal más cualificado, la gente más despreciable del Tercer Mundo hace cola por venirse aquí. Eso último no es racismo ni xenofobia, sino simplemente realismo (recordemos a los Latin Kings, Ñetas o bandas de albano-kosovares).

    Exportamos ingenieros, médicos e investigadores científicos e importamos moros, negros africanos y sudamericanos que no saben ni hacer la o con un canuto, que no sirven ni para fregar suelos y sólo saben chupar del bote, aprovechándose de las prestaciones sociales, mientras los españoles cada vez estamos más desprotegidos (los extranjeros muchas veces tienen prioridad a la hora de recibir esas ayudas).

Madres egoístas: todo por 2.500 euros

    Es realmente vomitivo y asqueroso, es increíble que haya personas tan degeneradas, crueles, desalmadas y viles que estén dispuestas a adelantar el parto, arriesgando la vida de sus propios hijo para ganar 2.500 euros (que apenas sirven para vivir durante tres meses).

    Esas "madres", probablemente, son las que luego pasan olímpicamente de "sus" niños, se los encasquetan a los abuelos o al tío soltero de la familia que no tiene realmente el menor interés en criarlos. O directamente los dejan solos y suceden desgracias del tipo "me dejo el niño solo en casa una semana porque me voy de juerga", "me dejo al niño en casa mientras voy a trabajar, se pega fuego en casa o el niño se cae por la ventana" o "no alimento al niño".

 

http://libertaddigital.com/sociedad/como-puedo-adelantarme-el-parto-para-conseguir-los-2500-euros-1276409088/

 

    Todos quieren el último CHEQUE-BEBÉ

 

    "¿Cómo puedo adelantarme el parto para cobrar los 2.500 euros?"

 

    Las madres que den a luz antes de que suenen las campanadas aún podrán embolsarse los 2.500 euros del cheque bebe. Minutos después la medida dejará de tener efecto, y los niños ya no vendrán con un cheque debajo del brazo. Hay que dar a luz antes de 2011.

 

    LIBERTAD DIGITAL

 

    La que han emprendido casi 44.000 mujeres es una auténtica carrera contrarreloj para lograr el jugoso cobro. Si traen a su hijo al mundo antes del 1 de enero de 2011 aún podrán hacerse con los 2.500 euros del cheque bebé creado por el Ejecutivo de Zapatero. Pero no será así si sus retoños deciden venir a este mundo tan solo unos momentos después: con la supresión de la medida –que buscaba incentivar la natalidad, decían- se produce la paradoja: habrá niños que vengan con 2.500 euros debajo del brazo...y otros que no. Cuestión de segundos.

 

    Por ello entre las 44.000 embarazadas que darán a luz entre el 25 de diciembre y el 6 de enero se ha desatado una impaciencia poco habitual, desvela 20 minutos. La mayoría, valora la posibilidad de adelantar el parto, especialmente aquellas que programen una cesárea.

 

    La psicóloga y matrona Dolores Pérez cuenta al periódico que esto se produce, sobre todo, en las clínicas privadas: "Es imposible improvisar el parto natural. Pero en las clínicas privadas se programan las cesáreas. A partir de la semana 38 del embarazo se pacta el día para dar a luz en función de la disponibilidad del equipo médico y las preferencias de la futura madre. En los centros públicos no ocurre". Lo cual, no deja de ser una paradoja en sí misma porque posibilitaría el cobro del cheque a aquellas mujeres –en principio- con más recursos.

 

    Una encuesta del portal Serpadres confirma la información: una gran mayoría de mujeres confiesa que ha consultado con su ginecólogo la posibilidad de adelantar el parto. Sólo el 5% de las encuestadas rechazaba categóricamente la posibilidad "por recomendación médica".

 

    Pero hay algo en lo que todas coinciden. En estos momentos manda la sabiduría popular, y la red es un hervidero de futuros padres dándose consejos con "cómo adelantar el parto". Google registra 269.900 entradas para las referencias: "consejos adelantar parto", cifra que aumenta hasta las 10.700 si se incluye "cheque-bebé" en la ecuación.

 

    Vale, pero ¿qué hago?

 

    Pues cronistas, expertos en la materia, foros de maternidad, páginas especializadas y demás soportes, coinciden: lo más efectivo es caminar, conducir, tener relaciones sexuales la última semana de embarazo, estimular los pezones, y abandonarse a los placeres del chocolate caliente.

 

    Incluso se han organizado grupos que practican estas tareas en compañía. Es el caso de Natalia, que junto a sus compañeros de curso preparto salen a pasear – recomendación de la matrona para que el alumbramiento se adelante- y comparten el mismo deseo: que sus bebés lleguen antes de las 12:01 del 1 de Enero de 2010.

 

    Tienen un último clavo ardiendo al que agarrarse: el próximo día 20 es luna llena. ¿Será fiable la sabiduría popular? Todas quieren dar el pecho antes de las campanadas.

35 años de la muerte de Franco: en qué hemos retrocedido con la democracia

  Hace pocos días se cumplieron 35 años de la muerte de Franco, el dictador que gobernó España durante cerca de 40 años. Se ha mitificado mucho la Transición posterior a su fallecimiento, pero sin pretender hacer ninguna apología del régimen franquista (que fue autoritario y represivo) se puede hacer una larga de lista de elementos positivos que había en aquella época y de los que nadie parece querer saber nada:

    1) Los alumnos no agredían a su profesores, hoy es algo desgraciadamente habitual. Los abuelos, los padres y los maestros eran respetados y tenían una autoridad que es necesaria.

    2) No mataban ni pegaban los hijos a los padres, hoy sí. No existía tanto maltrato y abandono como hoy ni tanto desarraigo familiar.

    3) Las drogas eran desconocidas y a los pocos alcohólicos que había se les metía en el cuartel para que durmieran la borrachera, se les imponía una multa y a la calle. Si eran reincidentes,  directos a la cárcel.

    4) Las prostitutas estaban en burdeles perfectamente controlados y obligados a pasar reconocimiento médico periódicamente para evitar contagios.

    5) Se podían dejar las puertas de la calle abiertas; apenas había delincuencia. No eran necesarios tantos cierres y blindajes como hoy tiene el comercio, pese a lo cual lo asaltan y roban a pleno día, incluso en el centro de Madrid, Barcelona, Sevilla o Málaga.

    6) Apenas había asesinatos, hoy se producen decenas cada año. Aunque se daban casos, pero no en la proporción de hoy, en que se matan hasta los cónyuges. No es que no hubiese desavenencias, pero se arbitraban arreglos y en general se toleraban mejor.

    7) Podías irte a pasear solo por cualquier parque y sentarte bajo una farola a leer un libro, no te molestaba nadie, aunque fuese de madrugada. Había seguridad por cuanto el delincuente tenía miedo de la policía y guardia civil.

    8) Normalmente una sola persona con su trabajo y su sueldo podía sostener sin muchos problemas a una familia. Entonces la familia estaba mucho mejor atendida y sobre todo los niños mucho mejor controlados y vigilados. Como la jornada era partida, generalmente comían el padre, la madre y los hijos reunidos alrededor de la mesa; la cena y el desayuno igualmente, salvo excepciones. Una vez que se rompió aquello, aparecieron los drogadictos, alcohólicos, gamberros, delincuencia juvenil y toda la plaga que soportamos.

    9) No existían los coches blindados que hoy trasladan dinero. Por descontado no existían los vigilantes privados, hoy más numerosos en España que la Policía Nacional o la Guardia Civil; lo que resulta vergonzoso; puesto que hasta entidades y bienes públicos, los confían a la seguridad privada.

    10) Todos los delitos graves eran condenados a trabajos forzados, existía la cadena perpetua e incluso la pena de muerte para los delitos más graves (las últimas ejecuciones se practicaron en septiembre en 1975, poco antes de la muerte de Franco). Había correccionales y reformatorios para niños difíciles, que eran sometidos a disciplina, generalmente eran recuperados para la sociedad.

    11) Existía una ley (que se había implantado en los años 30, durante la Segunda República) para el control de vagos y maleantes. Se denominaba precisamente Ley de Vagos y Maleantes.

    12) Nadie podía mendigar en la vía pública y menos vagabundear lleno de suciedad y piojos, por las calles. En seguida era retirado, lavado a la fuerza y advertido. Si era reincidente, a la cárcel y a trabajar.

    13) El despido del trabajador era mucho más difícil que hoy. Los trabajadores tenían defensa de abogados, gratuita hasta el final del proceso, por lo que para despedirlo había que tener motivos muy justificados.

    14) La pagas extraordinarias de junio y Navidad, se deben a los gobiernos de Franco, que después instauraron una tercera paga, denominada de "beneficios". Las vacaciones de hasta un mes al año, también tienen su origen en la época de Franco.

    15) Las subidas de precios no eran tan salvajes como en la actualidad. Los precios eran controlados y desde el pan a la gasolina o desde la leche al aceite tenían que ser autorizados por el gobierno. Fueron creados los Servicios Nacional del Trigo (cereales) y Depósitos Reguladores para el Aceite: la denominada CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes) para distribuir los recursos alimentarios y distribuirlos. Es cierto que existió el estraperlo, pero en menor medida que si no hubieran existido todos esos controles.

    16) Los inspectores visitaban comercios de forma inesperada y revisaban precios, pesos y medidas. Al que no cumplía las normas, se le caía el pelo; era duramente multado y si había reincidencias, se le cerraba el negocio.

    17) La Seguridad Social fue implantada por el régimen de Franco (no por el PSOE, como algunos todavía piensan) para todo trabajador y familias. Una red nacional y enorme de grandes hospitales, todos o casi todos edificados en la época de Franco, creando un servicio nacional de Medicina y Seguridad Social, que aún hoy es considerado de los mejores del mundo, aunque va perdiendo calidad a marchas forzadas.

    18) Al llegar a los 65 años el trabajador se jubilaba cobrando íntegramente la paga que estuviese percibiendo en activo.

    19) Se pagaban muchos menos impuestos; el IRPF era casi desconocido, sólo afectaba a las grandes fortunas y si tenían ingresos excesivos. Ello permitió crear millones de pequeños negocios o industrias, de los que muchos llegaron a ser grandes y fueron creados así millones de nuevos puestos de trabajo (todavía la mayor parte del empleo privado español depende de las PYME’s)..

    20) El impulso que llegó a tomar la Organización Nacional de Ciegos de España (más conocida con el acrónimo ONCE) se debe a Franco. Algunos ciegos españoles han sido guitarristas, han tocado otros instrumentos,  otros ejercieron de animadores en los burdeles; en época de Franco llegaron a ser de los trabajadores mejor pagados sobre la base de las ventas de cupones.

    21) Se introdujo material para la enseñanza de los ciegos, su transporte era gratuito a través del   correo español; igualmente los periódicos y libros tenían tarifas de circulación casi simbólicas. Hoy si tratamos de enviar un libro o un periódico debemos pagar la tarifa que se cobra por el correo ordinario. Así, enviar un libro no muy grande cuesta fácilmente de 3 a 5 euros.

    22) Existía un eficaz servicio de serenos, que era gratuito y cumplía un servicio de ayuda (se le entregaba la llave de la puerta principal de los edificios) y vigilancia nocturnos, digno de ser recordado. Hoy las calles están a merced de la delincuencia (más desde la entrada de varios millones de inmigrantes del Tercer Mundo sin oficio ni beneficio).

    23) Si hoy es considerada España como la huerta de Europa no es por otra razón que por la infinidad de pantanos y extensísimas zonas puestas en regadío en el período de Franco, que en ello siguió lo empezado por otro dictador: el general Miguel Primo de Rivera en los años 20 y cuyo Plan Hidrológico Nacional aún está por acabar, habiéndose interrumpido nada más entrar el nefasto Zapatero.

    24) El turismo, que fue y sigue siendo el pilar económico más importante con que cuenta España y la principal fuente de divisas se debe a los eficaces gobiernos de Franco, que terminaron de crear docenas de Paradores Nacionales de Turismo, como algo genuino español y único en el mundo.

    25) Muchos de los inmensos bosques de coníferas que hoy pueblan España son debidos a continuas e intensas repoblaciones forestales, emprendidas y terminadas por los gobiernos de Franco. Hoy apenas se hace nada de eso y los bosques que se queman, se dejan abandonados en gran medida para que se regeneren solos.

    26) Por último, la industria adquirió una gran importancia en la economía española a partir de los años 50, España llegó a ser la séptima potencia industrial del mundo y destacaba en algunos sectores como el naval (astilleros repartidos por diversas zonas del país, como Galicia, Asturias, el País Vasco y Andalucía), automovilístico (gracias en gran parte a empresas estatales fundadas y promovidas por el régimen a través del Instituto Nacional de Industria, como Seat o Pegaso, además de algunas compañías privadas, entre las que destacan FASA, que producía modelos de Renault, o Barreiros) o siderúrgico (recordemos los Altos Hornos de Vizcaya o Sagunto).

Gerontocracia y generaciones privilegiadas

    Esto es un asunto que no debe tratarse como si fuese exclusivo de España. Como no lo son el paro ni la crisis económica. Pero no existe la menor duda de que aquí todo es un algo "peculiar". Todo tiene un toque especial, nacional podriamos decir.

    En Francia, Alemania, Reino Unido o los países escandinavos también habrá, sin duda, una gerontocracia. Y también ha aumentado el paro, aunque mucho menos que en España y sin punto de comparación con el 20% (y subiendo) que tenemos por aquí (además de que algunos de esos países empiezan a superar la crisis, por ejemplo, Suecia tiene previsto crecer más de un 4 por cierto el año que viene o Alemania registra sus menores niveles de paro en cerca de 20 años).

    La gerontocracia es una realidad socioeconómica que explica en parte la crisis actual y explicará claramente lo que vendrá dentro de pocos años. No es que en España o en el resto de Europa gobiernen los ancianos, en el sentido de que la mayoría de los presidentes y ministros ronden o superen los 70 años, pero se gobierna "para los viejos", en el sentido de que se margina y desprecia a la juventud, a la que se ha condenado en su mayoría a una exclusión social y economica (que no se hace muy visible por la solidaridad familiar y el alto nivel de vida de sus padres) y que posiblemente traerá como consecuencia el colapso del sistema a medio plazo (en primer lugar, las pensiones).

    Se da un fenómeno sin precedentes en la historia: una diferencia económica enorme entre dos generaciones: la generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial que ahora tiene 55-65 años tiene en su mayoría un nivel socioeconómico alto o medio-alto y una capacidad económica que en teoría, le capacita para vivir sin problemas durante el resto de sus días. Para el caso de España, ese mismo razonamiento sería válido para los nacidos un poco después, en los años 50 y primeros 60, los que actualmente tienen entre 45 y 60 años.

    Pensemos a partir de esta ecuación: sueldo actual + futura pensión + bienes inmuebles (en muchos casos dos o tres viviendas) + capital financiero acumulado en el banco en forma de ahorros e inversiones.

    Si las cuentas no fallan, en muchos casos ese capital sobrepasa tranquilamente los 500.000 euros (más de 80 millones de las antiguas pesetas). Esa gente, que insisto, no tiene la culpa de la actual situación (excepto por haber votado durante décadas a unos sinvergüenzas que dicen ser obreros y socialistas), es la que acumula la riqueza del ciudadano medio, la que se puede comprar un Audi, un Mercedes o un Saab al contado, la que va de vacaciones al Caribe o Extremo Oriente en hoteles de lujo y la que frecuenta restaurantes de 5 tenedores.

    Por otro lado, la generación joven, los hijos de los anteriores, que tienen generalmente entre 20 y 35 años por regla general:

- No tienen piso propio, y si lo tienen, lo van a estar pagando hasta que se jubilen (con lo cual siguen sin tenerlo, quien realmente lo tiene es el banco), otros viven en alquiler y la gran mayoría viven con sus padres, al menos en los países del sur de Europa (España, Portugal, Italia, Grecia).

- No tienen bienes financieros (como acciones, por ejemplo) o si las tienen no es una cantidad importante y sus libretas de ahorro están casi vacías.

- Sufren altos índices de paro y cobran unos sueldos bastantes bajos, si es que trabajan, a pesar de tener un elevado nivel de formación y acumular en su currículum más títulos que el Real Madrid o el Barcelona. La mayoría no llegan a mileuristas, abundan los becarios que trabajan sin contrato ni alta en la Seguridad Social (incluso después de los 30 años) y los mejor situados son funcionarios de los grupos superiores, para los que se exige titulación universitaria, o profesionales técnicos (como ingenieros) que trabajan en grandes empresas.

- Y por último, no llegarán a cobrar pensión, o si la perciben será por una cantidad ridícula.

    Teniendo en cuenta el coste de la vida, lo que han variado los precios y los sueldos en 30 años, la actual tasa de paro, y el futuro de nuestro sistema de Seguridad Social, no es exagerado decir que la juventud española actual es pobre. Técnicamente, está en estado de pobreza y necesidad, que se camufla por vivir mayoritariamente en casa de sus padres. Pensemos un poco en el capital total de cualquier joven. Pensemos un poco en el de sus padres.


    Para profundizar más en el tema, en los años 60 y primeros 70, cuando España se encontraba en plena expansión económica y era uno de los países del mundo con un crecimiento más rápido había mucho trabajo y una industria potente en varios sectores, unos sueldos que permitían mantener un nivel de vida más que digno y unos intereses hipotecarios altos pero viviendas muy baratas, que se podían pagar al contado ahorrando varios años.

    Lo interesante llega aqui: el proceso de emancipación:

    - Una familia media española podía pagar durante 10 años sin muchos apuros un piso de 80 ó 100 metros cuadrados en una buena zona de la ciudad.
    - Había trabajo, pero en muchos casos, para pagar un piso en esas condiciones era suficiente con un sueldo (normalmente el del padre de familia).
    - Las familias solían tener por termino medio tres hijos (baste con consultar los índices de natalidad y fecundidad de aquella época) y muchas personas en torno a los 40 años tienen tres o cuatro hermanos. Los hijos únicos, en cambio, eran muy poco frecuentes (ahora, en cambio, es infrecuente tener más de dos hijos. Como sigamos así, la palabra "hermano" desaparecerá del diccionario, por desuso, o sólo la emplearán los inmigrantes).
    - Como es lógico, había pisos peores y por tanto más baratos, y mejores y mejor situados, que eran más caros.

    Esto es lo que había antes. Esta fue, a grandes rasgos, la juventud que les tocó vivir a nuestros padres. Un licenciado o un ingeniero ganaba un excelente sueldo, pero un auxiliar administrativo o un obrero de una cadena de montaje tampoco vivían mal. Otra cosa es que socialmente tuviera menos prestigio, pero su nivel de vida era muy digno.

    ¿Qué nos encontramos ahora? Se pagan barbaridades por un zulo, muchas veces alejado del centro, claramente en la periferia o, como se diría coloquialmente, donde Cristo dio las tres voces. Los sueldos no dan para llevar una vida "cómoda", una casa es muy dificil o imposible de pagar con un solo sueldo, y en el caso de que una pareja se lance a la aventura de hacer vida en común, se lo debe pensar mucho antes de tener hijos. Eso, contando con que tengan trabajo los dos. Esto es lo que hay en los tiempos que corren.

    Por eso se puede hablar de gerontocracia. A los que actualmente rondan los 60 años les tocó una época muy favorable y la han aprovechado. Han hecho bien y no se les puede culpar por ello, las oportunidades no se deben desperdiciar. Vivieron con holgura entonces y tienen unos buenos ahorros que les permitirán vivir sin problemas. 

    Es injusto criminalizar a esta generación, pero es un hecho que el dinero, el capital, la capacidad para emprender, para consumir o para invertir, está en buena medida en los bolsillos y las cuentas de los que ahora tienen entre 45 y 60-65 años (tampoco se puede olvidar que las personas de esa edad son los padres de esos jóvenes tan precarios, que no pasan hambre ni duermen en la calle gracias a que viven con ellos). Hace un tiempo, se publicó un artículo que demostraba que en torno al 85% de la riqueza española estaba en manos de personas de más de 50 años, así que, como diría José María García, blanco y en botella.

    En esta situación, ¿qué futuro nos espera? ¿Qué esperanzas tenemos?

    Económicamente, es deseable e incluso necesario, al margen de una reforma laboral en profundidad, que parte de esa riqueza cambie de manos y se transfiera a la generación joven. Y no es una quimera, porque fórmulas legales para conseguirlo, ya las hay y son conocidas: subsidios, reforma laboral, gravar fiscalmente el patrimonio, ayudas a la natalidad, guarderías o sanidad gratuita para los menores de 18 años.

    La consecuencia de todo esto, la tenemos a la vista: una sociedad dividida, fragmentada entre gente mayor que acumula mucho dinero y bienes que no necesita, pero que tampoco lo gasta o invierte, salvo para comer en restaurantes caros, viajar a la otra punta del mundo o comprarse un coche sueco o alemán de gama alta cada pocos años; por otra parte, gente joven que necesita dinero y trabajo porque está empezando su vida adulta, y necesita ese capital para emprender un proyecto de vida, de igual manera que lo hicieron sus padres. No para caprichos, sino para llevar una vida normal.

    Este modelo se acaba. No da ya más de sí. Querer mantenerlo es como pretender mantener vivo un dinosaurio, algo perteneciente a otra época. O enterramos ese modelo insostenible o nos enterramos a nosotros mismos como sociedad. No hay otra. Los mayores y quienes gobiernan a su favor (esta infame casta política que padecemos) tienen que abrir los ojos a la realidad, ya no es posible seguir autoengañándose por más tiempo.

Consideraciones sobre Mayo del 68

    Mucho se ha hablado sobre las manifestaciones que se iniciaron en Francia en mayo de 1968 por estudiantes de izquierdas, a las que se unieron obreros industriales, los sindicatos y el Partido Comunista Francés (PCF) y se extendieron por varios países más, como España, Alemania, Checoslovaquia, México, Argentina y Uruguay.

    Sin embargo, los que realmente fueron sesentayochistas no andan hoy proclamando la campaña; o se han reconvertido o se han mandado a guardar. El movimiento de mayo de 1968 no fue, como se suele pensar, una revolución antisistema sino una revuelta burguesa. Tuvo un mérito, y es el de haber abierto la puerta a la modernización de la superestructura del sistema, que se hallaba muy desfasada respecto del desarrollo estructural que el capitalismo había alcanzado en aquel momento.

    Pero no hay más. No hay que engañarse, porque tal revuelta era lo que el sistema necesitaba para, entre otras cosas, ganarle la batalla ideológica al bloque del Este -dirigido por la Unión Soviética- y debilitarlo. Desde ésta perspectiva, el 68 no fue de ningún modo antisistema, y la prueba está en que muchos de sus activistas ocuparon posteriormente notorias posiciones en el sistema (todavía en muchos países occidentales los altos cargos de la política, las empresas y otras instituciones rondan los 60 años y se encuadran en la generación que vivió de lleno esos acontecimentos). El poder y sus medios de comunicación (¿o sería mejor llamarlos de manipulación o desinformación?) son muy rápidos en desmontar el tinglado, en falsearlo y maquillarlo a su gusto. Sedujeron fácilmente a los cuatro representantes de turno sedientos de poder, fama y notoriedad y ajenos al espiritu real de las protestas (un ejemplo muy claro sería Daniel Cohn-Bendit).

    España se encontraba en ésa época en una situación de relativo atraso respecto a Europa, pero experimentaba un rápido crecimiento económico, que le hacía igualarse progrevisamente a otros países occidentales. La situación del capitalismo en aquel entonces era económicamente boyante, en un mundo lleno de expectativas económicas que se iban cumpliendo, y posiblemente se trató de la era del capitalismo con mayor ascenso social, fomentado en buena parte por la solidez del Estado del bienestar.

    Todo esto empezó a complicarse a principios de la década de los 70: la crisis del petróleo y el abandono del patrón oro fueron los detonantes del agotamiento de ese sistema, que era el imperante en el 68. Los 80 Ronald Reagan y Margaret Thatcher impulsan el neoliberalismo, que no es más que un capitalismo salvaje y destructivo cuyos coletazos estamos viviendo hoy.

    Algo que se puedo decir a los que pertenezcan a la generación de mayo del 68 es que traten de ser ecuánimes e imparciales en el paisaje que se pinta acerca de la realidad, que al fin y al cabo es una interpretación necesariamente parcial y sesgada.

    El pasotismo actual es una catástrofe, pero el pesimismo estructural es paralizante y la carga emocional que genera es muy destructiva, porque nos impide liberar la energía creativa que todos tenemos, aun en las situaciones más hostiles. Se ve a muchos jóvenes con ideas decadentes (aunque es injusto generalizar sobre ellos, dejando de lado que también abundan los jóvenes preparados y altamente formados), demasiado dependientes de lo menos importante de esta vida, muy apegados a un modelo de vida de consumismo extremo, más preocupados por esto que por el fondo de las cosas.

    Esto, por supuesto, no significa en absoluto abandonar la crítica ni hacer como que aquí no pasa nada. Pero es imprescindible imponerse la disciplina dura de que hay que moverse, aunque sea haciendo cosas modestas, que al final eso es lo que queda: las grandes gestas no aparecen por casualidad, son el producto del trabajo duro, metódico y sistemático.

¿Por qué la gente no se va de casa? (III)

    Que seamos junto con Italia el país del mundo donde la gente más tarde se independiza o se casa con más edad no es producto de la casualidad.

    Es fruto de incentivos perversos y condicionantes, que se retroalimentan cayendo en un círculo vicioso, una pescadilla que se muerde la cola:

    - Una estructura demográfica envejecida desde hace bastantes años y que se refuerza cada vez más: no hay una mentalidad abierta, sino conservadora. Más preocupada por tener asegurado un contrato blindado o el cobro de la pensión que buscar nuevas formas de ingresos corriendo ciertos riesgos.

    - Una estructura sobredimensionada pública y caciquil. En muchas provincias y comarcas el primer empleador es la Administración Pública y su forma de actuar es caciquil, a través de redes clientelares, y gran parte del empleo local es mediante "enchufe", muchos funcionarios de Ayuntamientos y Diputaciones están colocados a dedo, por tener el carnet del partido político dominante (por ejemplo, el PSOE en Andalucía y Extremadura o el PP en Galicia y la Castilla profunda). Para garantizar la lealtad de estas redes y su voto cautivo, disponen de condiciones laborales y económicas mucho mejores de las que ofrece el sector privado. Es decir, se penaliza la meritocracia y también la pujanza de un fuerte sector privado.

    - Un sector privado dominante bajo el amparo de la Administración Pública con ayudas y subvenciones. El mercado es pequeño con pocas empresas y sin competidores. No hay nuevas empresas fuertes en innovación. El mercado cada vez es más reducido -menos clientes y menos empresas- con lo que las empresas privadas dominantes se vuelven más conservadoras: tienden a vivir de las rentas en vez de abrirse en nuevos mercados -salvo las excepciones que confirman la regla-.

    - Al no haber una industria fuerte y un mercado pujante, la salida natural de los jóvenes cualificados es la emigración, ya sea a otras regiones españolas (recordando a los años 50 y 60, cuando cientos de miles de andaluces, extremeños, castellanos y gallegos fueron a Cataluña, el País Vasco o Madrid) o directamente a otros países, sobre todo europeos, pero también a Estados Unidos e incluso algunos países latinoamericanos (especialmente, Brasil y el Cono Sur). Alivia el problema del paro en su provincia de origen pero no fija población.

    - No hay políticas sociales baratas de vivienda (para fijar población nativa) y de atracción de empresas con suelo industrial muy barato (más otras dotaciones), a pesar que las provincias o comarcas puedan contar con millones de metros cuadrados de suelo vacío sin utilizar.

    - Una muerte lenta y plácida. Los que se quedan: mayor renta per cápita. Debido cada vez más al aumento de pensionistas. Las castas políticas locales, debido a la expulsión de mano de obra y la inexistencia de un fuerte mercado privado, pueden garantizar la permanencia de sus redes clientelares y además su principal votante: pensionista, con lo que su prioridad no es el joven votante que busca un empleo estable. Por último, las principales empresas privadas dominantes se quedan sin competidores, pero todos están cavando su propia tumba: los pensionistas se quedan sin herederos, los políticos ven que su peso electoral se diluye y las empresas privadas dominantes sin competidores no innovan y se mueren por desgaste genético.

 

    Si a todo esto le sumamos la idea del PP (al que mucha gente votará con la nariz tapada en las próximas elecciones con tal de echar a Zapatero) de alargar los contratos de formación y prácticas hasta los 30 años (institucionalizando definitivamente la figura del eterno becario) o la propuesta de eliminar el salario mínimo (sabiendo que con poco más de 600 euros al mes, como no vivas con tu familia, estás al borde de la indigencia) ya sabemos lo que nos espera:

    - Cifras de primeros matrimonios extremadamente bajas y con edades muy tardías (la media ya supera los 30 años).

    - Miles de hombres hechos y derechos de 35, 40 o más años quemados y hartos de no tener una vida independiente, de tener que escuchar frases como "¿Dónde vas ahora?" o "¿A qué hora vuelves?" y deseando perder de vista a su familia por largas temporadas.

    - Tensiones, roces y conflictos familiares por esa misma razón, provocados por una situación aberrante y antinatural (¿a alguien le parece normal que haya personas que viven con sus padres a una edad con la que hasta no hace mucho era normal tener hijos adultos e incluso nietos?).

    - En cualquier ciudad española cada vez es más raro ver hijos de españoles por las calles, gran parte de los niños que se ven son hijos de inmigrantes del Tercer Mundo, de todos los colores: moros, negros africanos, indios y mestizos sudamericanos (coloquialmente llamados cholos, panchitos o payoponis). Es decir, que prácticamente los únicos que se reproducen en este país son los ricos, como los políticos, banqueros, grandes empresarios, familia real, futbolistas o cantantes famosos, que se lo pueden permitir, y sobre todo los inmigrantes de países atrasados y bananeros (¿quién no ha visto alguna vez por la calle a alguna sudamericana o marroquí con tres o cuatro niños?).

Investigadores de Humanidades y Ciencias Sociales, ¿aún más precarios que el resto?

    El País recoge un artículo en el que un lector (doctor en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona) reseña brevemente su currículum y describe su difícil situación laboral y económica, considerando que los investigadores de Humanidades y Ciencias Sociales están todavía peor que los que han realizado estudios científico-técnicos:

http://www.elpais.com/articulo/espana/cientificos/sociales/becas/I/D/nada/elpepuesp/20101004elpepunac_30/Tes

    Si se hace un análisis serio, se observa que los estudios universitarios cada vez ofrecen menos salidas profesionales, incluso las carreras más difíciles y que hasta hace poco garantizaban un buen futuro. ¿Qué sentido tiene hacerse ingeniero en un país que ha desmantelado gradualmente su industria desde los años 80 (habiendo llegado a ser la séptima potencia mundial), arquitecto con una crisis galopante de la construcción y miles de profesionales de ese sector yéndose al paro (desde los más cualificados hasta los simples peones), informático cuando el mercado está saturado de esos profesionales y ya quedaron muy atrás los tiempos en que un titulado en Informática salía de la carrera cobrando más de 300.000 pesetas (1.800 euros actuales) al mes, o químico en un lugar donde la I+D es de chiste y gran parte de los científicos más cualificados tienen que elegir entre malvivir hasta bastante después de los 30 encadenando becas o irse al extranjero para ejercer su profesión en unas condiciones dignas?

    El problema de España no es tanto de Ciencias o de Letras, sino de que sobran titulados universitarios por todas partes, actualmente los únicos que tienen unas expectativas medianamente decentes son los de la rama biosanitaria, como los médicos y los enfermeros (y eso aun teniendo en cuenta que muchos se han ido a trabajar al extranjero, incluso en Portugal hay bastantes médicos españoles, a pesar de ser supuestamente un país más atrasado). Aparte de que la gran maýoría de las carreras estén saturadas, la crisis está destruyendo rápidamente el tejido productivo y trayendo como consecuencia que cada vez hagan falta menos licenciados y diplomados universitarios.

    En esta situación, llevamos camino de acabar como algunos países del Tercer Mundo, sobre todo de América Latina, donde no es raro que un ingeniero o un abogado prefiera lavar platos en un restaurante o llevar maletas en un hotel a trabajar "de lo suyo". ¿Veremos a titulados en carreras científicas y técnicas prefiriendo hacer trabajos "serviles" como reponedores de supermercado, teleoperadores o camareros a ejercer su profesión? A este paso, no hay que descartar nada, aunque siempre les quedará emigrar, en vez de quedarse en su ciudad o pueblo haciendo un trabajo que no tiene nada que ver con sus estudios y que puede hacer hasta un graduado escolar.

    Eso sí, por lo menos a un psicólogo, historiador, abogado, economista o sociólogo no se le caen los anillos por trabajar de reponedor o lavaplatos si le hace falta, seguro que un ingeniero, físico o matemático es más reacio a hacer alguno de esos trabajos, o bien le costaría mucho encajar que un reponedor sin estudios pueda ganar más que él.