Afiliarse a un partido político, ¿una vía para huir de la miseria? (II)
Algunas veces se ha dicho que para conseguir trabajo a través de los partidos políticos es recomendable tener algunos contactos previos. No es una idea absurda: contar previamente con un primo o un amigo de muchos años que tenga mano en un partido facilita mucho progresar en el mundo de la política. De hecho, hay verdaderas dinastías de políticos, que ocupan cargos, independientemente de su valía y su capacidad, sólo por su apellido, como si fueran de la nobleza del Antiguo Régimen.
Aún así, también es posible trabajarse esos contactos (sin tenerlos previamente), aunque cueste más tiempo y esfuerzo. La cuestión está en asistir a todas las reuniones que organice el partido o al máximo número posible, si se queda para pegar carteles o repartir panfletos, llegar el primero y mostrar mucho interés en las tareas, participar en otras actividades que el partido organice, hacer la rosca a algún cacique en el momento idóneo y, por supuesto, tratar de dejar claro que estás en el partido porque compartes su ideología y te identificas con sus valores (aunque tu verdadero fin sea otro).
Pero, el objetivo de todo ese proceso no debe ser llegar a senador, ministro o ni siquiera alcalde, sino conseguir un "empleo" tipo ordenanza, auxiliar administrativo, encargado de la biblioteca municipal o policía local. Ese tipo de trabajos de ámbito local se suelen conseguir por enchufe y pertenencia al partido político que gobierna en el pueblo o la región de la que estemos hablando (a diferencia de muchas oposiciones, que requieren estudiar, sacar buenas notas en los exámenes y años de interinidades para acumular puntos hasta conseguir la plaza fija).
Hay personas que entraron en partidos políticos sin conocer a nadie, pero consiguieron puestos de empleados públicos a dedo (que era su finalidad). Por ejemplo, en la Junta de Andalucía hay unos 25.000-30.000 empleados públicos (no se conoce la cifra exacta, pero se estima una cantidad similar a la mencionada) colocados por enchufe y sin haber hecho oposiciones, ¿acaso toda esa gente se afilió al PSOE teniendo previamente algún contacto en el partido? Muy probablemente no, muchos entrarían sin conocer a nadie, pero una vez dentro harían "méritos" para conseguir la deseada mamandurria.
Otra posibilidad que mucha gente no contempla es la de hacerse sacerdote, estudiando una carrera en un seminario. Tiene la ventaja de que casi nadie se dedica a eso y supone trabajo seguro. Sin embargo, a pesar de la crisis, casi nadie quiere hacer carrera eclesiástica, los seminarios siguen prácticamente vacíos y la gente prefiere realizar masters, segundas carreras, módulos de FP o coleccionar cursos del paro como si fuesen caramelos.
Es posible que la Iglesia no goce de mucho aprecio por parte de la mayoría de los españoles (en la mayoría de las misas escasean los jóvenes y abundan los mayores de 60 años, criados en el nacionalcatolicismo del régimen franquista) y que los curas no sean muy bien vistos. Pero, si nos vamos a lo práctico, trae más a cuenta estudiar varios años en un seminario, y tener un trabajo de cura garantizado, que acumular títulos académicos y seguir parado.