Cómo el PSOE destruyó el tejido industrial español en los años 80
Es sabido por muchos que España experimentó un importante desarrollo industrial durante la época de Franco (a pesar de vivir una dictadura) y a mediados de los años 70 llegó a ser la octava potencia mundial en este sentido.
A pesar de que a principios de la década siguiente, una parte de esa industria estaba algo obsoleta, de ninguna manera se puede justificar la destrucción de tejido productivo que acometió el gobierno "socialista" encabezado por Felipe González y Alfonso Guerra (dos de los políticos más nefastos de la historia de España), bajo el eufemismo de "reconversión" y con la colaboración del ministro Carlos Solchaga, al que siempre se recordará por su infausta frase "La mejor política industrial es la que no existe".
El PSOE alcanzó el poder en diciembre de 1982, ganando las elecciones con una clara mayoría absoluta (202 escaños de un total de 350 que forman el Congreso español) y la ilusión de millones de españoles, que esperaban un cambio a mejor de la sociedad y la economía.
Sin embargo, el partido comenzó modificar la casta empresarial y financiera a su "imagen y semejanza". Se puede resumir en estos puntos:
1 - La expropiación en febrero de 1983 de Rumasa, un holding empresarial que había creado más de 60.000 puestos de trabajo, y su posterior reparto entre sus afines y las mal llamadas reconversiones industriales, que consistían fundamentalmente en cerrar fábricas, en vez de conservarlas y, en su caso, modernizarlas si estaban anticuadas, y prejubilar a empleados de más de 45 años con el 90 % de su sueldo.
2 - La venta de las joyas de la industria estatal, promovida desde la posguerra por el Instituto Nacional de Industria (INI), a multinacionales extranjeras sin buscar alternativas nacionales, e incluso directamente despreciando las ofertas de compra de empresarios españoles y burlándose literalmente de los trabajadores cuando proponían hacerse cargo de las empresa convirtiéndolas en cooperativas.
3 - Se permitió y se alentó la venta a grupo británicos de casi todas las bodegas de jerez.
4 - Se permitió y hasta se fomentó la entrada de multinacionales extranjeras (especialmente francesas, ya que Francia es uno de los países impulsores de la Unión Europea) en el sector de la alimentación. Ya se sabe cómo han terminado Continente, Pryca o Alcampo.
5 - Se puso en marcha un programa de adquisición de armamento de alta tecnología a Estados Unidos y Francia, no solo dando por imposible un desarrollo militar propio e independiente al estilo de otros países europeos, como Reino Unido, Francia, Suecia o incluso Italia, sino que se compró material sin negociar transferencia alguna de tecnología. Así compramos los famosos F-18 sin que los norteamericanos nos enseñaran a poner un solo remache y rechazamos participar en el programa de venta de F-16 a diversos países de Europa que incluía la fabricación de algunas partes de los mismos en territorio europeo.
6 - Por el contrario, se puso toda la carne en el asador para reforzar el sector financiero español y mantenerlo a salvo de la entrada de grupos extranjeros. Los "socialistas" se desvivían por autorizar fusiones entre bancos españoles Banco de Bilbao y Banco de Vizcaya, Banco Central y Banco Hispanoamericano, Banco de Santander y Banco Central-Hispano. Las fusiones bancarias se vendían como algo indispensable y tener bancos potentes en mano de las familias de siempre era fundamental. En cambio, conservar la industria nacional algo absurdo propio de "fascistas" o "reaccionarios".
7 - Se encumbró a la nueva casta de "financieros", como los Albertos (Alcocer y Cortina), las hermanas Koplowitz (de origen judeo-polaco, como se ve en su apellido), de la Rosa o Mario Conde. La que se denominó beautiful people tenía en común dos cosas: todos eran muy ricos, pero ninguno era industrial ni había hecho su fortuna mediante alguna actividad productiva. Realmente de muchos de aquellos ni si quiera se sabía a ciencia cierta a qué se dedicaban. Se supo en los 90 cuando algunos de ellos empezaron a ir a la cárcel acusados de diversas estafas y apropiaciones indebidas
8 - Se apuntaló económicamente a los terratenientes y latifundistas de las regiones del sur (Andalucía, Extremadura) con ayudas a los jornaleros para que no se les subieran a las barbas (véase el PER, todavía vigente y que ha supuesto un granero de votos para el PSOE, aunque su pésima forma de gestionar la economía ya le ha supuesto perder Extremadura y Castilla-La Mancha y probablemente también Andalucía dentro de varios meses) y con las multimillonarias ayudas por hectárea de Europa. Incluso a aquellos ociosos latifundistas, ejemplo máximo de la improductividad mas rancia y propia del Antiguo Régimen, se les rehabilitó socialmente. La prensa próxima al PSOE empezó a hacer la rosca a la duquesa de Alba (recientemente casada de nuevo) y a sus hijos, los marqueses de Urquijo asesinados se convirtieron en venerables víctimas de un yerno desagradecido y los dirigentes del PSOE empezaron a emparentar con apellidos compuestos.
9 - La UGT (y en menor medida CC.OO.) abandonaron la lucha en el campo y en el sector servicios y concentraron las protestas contra los industriales
No se puede dudar de que la España de 1975, que tenía un nivel de renta per cápita que se acercaba a la media europea y que tardó mucho en recuperarse, tenía una capacidad industrial y tecnológica muy superior a la actual: baste como ejemplo que en muchas ciudades y provincias, en las últimas décadas, apenas se han levantado nuevas fábricas y líneas de producción, mientras ha subido como la espuma el sector de la construcción, y eso que la calidad de las viviendas que se construyen ahora no es mejor (ni de lejos) que la de los pisos del franquismo.
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