Paz social en la España actual
Llama mucho la atención que en un país con más de cuatro millones de parados oficialmente reconocidos, que en realidad podrán ser perfectamente cinco millones no ardan las calles o directamente se queme el Parlamento con los políticos dentro.
Es cierto que la frase parece revolucionaria y que incita a la violencia, pero nada más lejos de la realidad, simplemente se hace ver que en la situacion economica que vivimos en España apenas hay conflictividad social cuando en otros países o en la misma España en otras épocas con menos paro, menos familias que se han quedado sin piso y en la calle, gente que no recibe ningún tipo de prestación, una inmigración masiva y descontrolada que el mercado laboral no puede absorver, en fin las situaciones difíciles que muchos viven o conocen de cerca porque tienen un amigo o familiar que las está pasando canutas mientras ven en la televisión declaraciones de los politicos que son un auténtico insulto a la inteligencia de cualquier persona que tenga dos dedos de frente.
Analicemos las razones para que la conflictividad social en grado máximo, o sea revueltas en la calle y actos de protesta violentos o pacíficos, apenas sea un hecho aislado, en el mejor de los casos gremial, según le toca apechugar los errores del gobierno a cada gremio en concreto, por ejemplo, transportistas, ganaderos, pescadores o taxistas (sumando casi tenemos todos los sectores económicos tocados o hundidos ).
Desde mi punto de vista, existen cuatro motivos principales que explicarían la escasa conflictividad social en España: la familia (sin duda la más importante), la economía sumergida, las ayudas a desempleados y los sindicatos, aunque probablemente haya muchas más:
1.- La familia: la familia está actuando como un soporte, un verdadero colchón para los que peor situación económica y personal tienen, en especial en lo que se refiere al problema de los jóvenes y el acceso a la vivienda. Los jóvenes se ven abocados a quedarse en casa de sus padres más y más tiempo. Si están parados o tienen trabajos precarios y sueldos bajos que no les permitirían llevar una vida independiente gracias a la familia tienen el sustento mínimo , vivienda y alimento, si bien normalmente a costa de un esfuerzo familiar cada vez más complicado de sostener. A pesar de estas dificultades, no faltan becarios o contratados por obra y servicio con sueldos que difícilmente alcanzan los 1.000 euros que son hijos de parejas de funcionarios o trabajadores de la privada con muchos años de antigüedad que en conjunto cobran fácilmente más de 3.000 euros y llevan un nivel de vida más que razonable: coches nuevos que no bajan de 20.000 euros, cenas en restaurantes caros varias veces al mes y viajes al extranjero todos los veranos.
2.- La economia sumergida: el propio ministro de Trabajo Celestino Corbacho reconoce que hay en España un índice de economía sumergida que puede llegar al 20 % del Producto Interior Bruto (PIB). Es decir, que según esos datos la quinta parte de las personas que trabajan no sólo no aporta nada a las arcas del Estado, ni por cuotas a la Seguridad Social, ni vía Impuestos de Sociedades o IRPF, sino que además está cobrando en muchos casos la prestación de desempleo u otras ayudas.
Probablemente, los datos reales de economia sumergida en España sean aún mayores de ese 20% que reconoce el ministro, entre otras cosas porque, como su propio nombre indica, es "sumergida", o sea que se puede hacer una estimación, pero no se dispone de datos totalmente fiables y contrastables. Cabe suponer que el ministro no exagera la cifra sino más bien la aminora ya que lo contrario sería reconocer implícitamente una incapacidad absoluta para luchar contra el fraude, cosa que no creo que pretenda.
Por último, en este apartado no podemos dejar de lado la extensión de la figura del becario, tanto en la empresa privada como en la Administración Pública. El becario es un trabajador que no tiene contrato ni está dado de alta en la Seguridad Social (con excepciones, como los becarios de investigación a partir del tercer año de disfrute de sus becas) y cada año se convocan cientos de miles de becas para cubrir puestos, en muchos casos, especializados y que requieren formación universitaria.
3.- La prestación por desempleo y otras ayudas: gracias a la prestación de desempleo muchos parados tienen un tiempo muerto en el que, al menos, pueden sobrevivir e ir tirando. En el caso de los que no tienen derecho al paro y sólo la famosa ayuda de los 420 euros la situación se torna mas complicada, pero al menos los que tienen el apoyo familiar -que son una buena parte- pueden aportar algo al sostenimiento familiar o destinar esos fondos a sus propios gastos sin depender de estos también.
4.- Los sindicatos: el papel de los sindicatos en España (y en cualquier lugar del mundo) debería ser defender los derechos de los trabajadores utilizando para ello los medios de que dispone, entre ellos la huelga general y la conflictividad controlada y pacífica, sin embargo, en una situación económica caótica no ha habido ni una sola huelga general, hecho inexplicable si no fuera por las razones que luego se expondrán.
¿Cuáles son las perspectivas en el futuro ? ¿Cuánto podremos soportar? ¿Qué consecuencias se derivarán de cada uno de estos cuatro elementos combinados?
Haciendo una síntesis (porque el tema da para escribir mucho) de lo que podría pasar a corto plazo si la situacion no cambia podemos llegar a las siguientes conclusiones:
Las familias cada vez están mas agobiadas por que más miembros dependen de menos y veremos como familias enteras se ahogan por intentar salvar a uno o varios de sus miembros, por ejemplo veríamos a padres perder sus casas por avalar a sus hijos para que pudieran comprar un piso que no pueden pagar, en el mejor de los casos veremos estirar los únicos ingresos familiares hasta límites insostenibles. El cabreo y la impotencia de uno o varios miembros de cada familia se extenderán a todos sus miembros ya que todos sufrirán por causas propias o ajenas.
Una posible solución sería más apoyo a las familias (sobre todo a las familias numerosas, aunque son cada vez más escasas), auténtica base social que está soportando como conjunto los azotes de la crisis y el paro.
De momento, lo que vemos es que se destinan fondos a otras "entidades" nacionales o extranjeras mientras se abandona a su suerte a una verdadera entidad social, la familia. Algunos ejemplos vergonzosos son las subvenciones a una asociación homosexual de Zimbawe, gastos de operaciones de sexo a costa de dinero público, ayudas a organizaciones o grupos de dudosa repercusión e interés social que todos hemos tenido ocasion de leer en alguna ocasión, por ejemplo las ayudas al cine español que nadie ve, y otra serie de disparates que en tiempos de abundancia pasaban desapercibidos.
Respecto a la economía sumergida cabe un doble análisis, por un lado los espabilados que cobran ayudas estatales provenientes de los que pagan impuestos al tiempo que trabajan por puro egoísmo y falta de solidaridad, y por otro lado, miles de autónomos o antiguos trabajadores que se ven incapaces de soportar la carga fiscal y demás trabas que ponen los dirigentes a su actividad económica, sólo hay que pensar en los costes administrativos, licencias, pagos a la Seguridad Social y un largo etcétera de normas y obligaciones que hay que pagar antes de abrir un negocio y que mantener una vez abierto.
De los primeros, los caraduras y jetas de toda la vida sobran comentarios, da igual que haya crisis o no, su meta es vivir a costa de los demás como parásitos sociales que son.
Respecto a los segundos, sería razonable bajarles los impuestos, las cuotas a la Seguridad Social y los costes administrativos para que pudieran ejercer su actividad legalmente y no verse obligados a trabajar en la clandestinidad por no poder asumir los elevados costes.
De momento se está haciendo todo lo contrario, se suben los impuestos, especialmente lamentable es la subida del IVA que obliga a los autónomos a recaudar impuestos del consumidor final. No lo soporta él directamente, pero al fin y al cabo paga el consumidor por lo que el precio final del servicio prestado es más caro y, por lo tanto, más difícil de vender cuando hay crisis.
El efecto es que cada día mas autónomos abandonan sus actividades y se suman a la economía sumergida lo que lleva como consecuencia directa que no pague nada de Seguridad Social, IVA y demás impuestos, con lo que los que siguen trabajando legalmente tienen un doble efecto, por un lado deben sostener con sus impuestos los gastos de los que dejan de cotizar y otro, peor si cabe, tienen que competir con los que se han dado de baja y se ahorran esos costes. Como consecuencia de todo esto la gente tiende a aceptar presupuestos de los que no cotizan y no aceptan los que cotizan: más autonomos que no pueden sobrevivir y más que se pasan a la economia sumergida. La pescadilla que se muerde la cola.
Parece que el Gobierno no acaba de entender que menos impuestos significan en tiempos de crisis más ingresos y menos gastos a pesar de ser evidente que es mejor que pague más gente menos cantidad a que pague menos gente más cantidad. Esto es aplicable también a los gastos, si pagan más quiere decir que hay menos que dependen de las ayudas estatales, osea menos gastos.
El tema de los sindicatos merece un apartado especial, pero en resumen, el Gobierno destina cantidades ingentes de dinero a los sindicatos para cursos de formación que tienen como única utilidad favorecer a las empresas de los amigotes que las imparten, subvenciones a fondo perdido a costa de los impuestos de los de siempre que favorecen únicamente a los sindicalistas y liberados que viven como reyes y todo eso, ¿a cambio de qué? Lo natural sería que ese dinero fuera destinado a los parados, pero si el Gobierno hace eso los sindicatos dejarían de ser una mansa oveja que justifica su política económica.
La situación actual justificaría plenamente una movilización sindical sin precedentes. El efecto de todo esto es que se priva a los ciudadanos de un canal de movilización pacífica y de una organización general, las consecuencias pueden ser terribles si estalla espontáneamente la conflictividad, ya que sin los cauces adecuados de organización lo que podrían ser movilizaciones pacíficas se tornarán violentas y descontroladas.
Será inútil la manipulación constante en los medios de comunicación gubernamentales en los que nos bombardean constantemente con "noticias" prefabricadas o puras y duras mentiras, como por ejemplo las previsiones económicas que pintan un final de la crisis para dentro de unos meses y de "brotes verdes" que llevan años haciendo los politicos y que parecen estar basadas en un concepto de masas desmemoriadas.
El caso es que por mucho que una familia oiga cada día en television que todo va estupendamente o que vamos por buen camino y en breve saldremos de esta, no se libra de sufrir cada día más penurias y estrecheces, viendo como su situación empeora de forma gradual.
La combinación de vivir una realidad tan distinta a la que nos quieren vender hace que se vaya gestando una rabia y desprecio total hacia los que difunden maliciosamente e intencionadamente esas manipuladas noticias, el efecto es exactamente el contrario al que el Gobierno pretende.
En definitiva, cada vez habrá más conflictividad social, por las siguientes razones:
- Excesivo número de inmigrantes que contribuyen a colapsar la sanidad y ayudas sociales. Además de subir los precios de los pisos por aumentar la demanda, y provocar que se incremente la delincuencia e inseguridad.
- Demasiada gente ahogada económicamente y sobreviviendo a duras penas durante demasiado tiempo, aunque el colchón familiar en ocasiones hace milagros.
- Número creciente de treintañeros obligados a vivir en casa de sus padres y depender de ellos y sus normas, sin posibilidad de plantearse independizarse o tener un plan de vida normal. Algunos tiran de soluciones imaginativas y se apuntan a gimnasios o se inscriben en ONG's, no sólo por hacer deporte o por deseo de ayudar a los demás, sino sobre todo por pasar las tardes fuera de casa y no tener a los padres encima las 24 horas del día.
El crack está servido, la cuestión es durante cuánto tiempo se puede mantener al enfermo vivo con respiración asistida. Pronto se terminan el plan E, las ayudas a concesionarios y los subsidios empezarán a agotarse. Ahí empieza el juego.
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