Clubes históricos de fútbol venidos a menos (II)
Lérida (en catalán, Lleida). Debutó en Primera División en la temporada 1950-1951, pero quedó último, sólo ganó seis partidos y encajó nada menos que 134 goles (un récord negativo en la historia de la Liga), una media de más de cuatro por partido.
Durante las décadas siguientes, estuvo mucho tiempo en Tercera División. A finales de los años 70, ascendió a Segunda B (categoría recién creada) y en 1987 subió a Segunda, donde estuvo dos temporadas. En 1990 ascendería de nuevo a Segunda y en 1993 volvió a Primera División. Aunque sólo duraría en Primera otra temporada suelta, logró algunos resultados sorprendentes, como un triunfo en el Nou Camp (0-1) ante el Barcelona de Cruyff o una victoria por 2-1 en casa ante el Real Madrid.
La temporada siguiente, de nuevo en Segunda, el Lérida empezó muy fuerte, pero al final no ascendió directamente y jugó la promoción, que perdería con el Sporting. En 2001, descendió a Segunda B como colista y no subiría otra vez hasta 2004. Permaneció dos años en Segunda y en 2006 bajó a Segunda B.
Su situación financiera empeoró gradualmente, aumentó su deuda y se declaró en concurso de acreedores en el verano de 2010, pero se disolvió al año siguiente. No obstante, se refundó rápidamente con el nombre de Club Lleida Esportiu (Club Lérida Deportivo) y compite en el grupo III de Segunda División B.
Logroñés. Creado inicialmente en los años 20 con el nombre de Club Deportivo Logroño, desaparecido antes de la Guerra Civil y refundado en 1940 como Club Deportivo Logroñés. Debutó en Segunda a principios de los años 50, pero no llegaría a Primera hasta 1987.
Se mantuvo en esta categoría ocho temporadas consecutivas (hasta 1995). Hizo su mejor campaña en 1990, cuando quedó 7º y estuvo cerca de clasificarse para la Copa de la UEFA. Otros años se mantuvo sin problemas y acabó en mitad de la tabla. En 1995 descendió, siendo uno de los peores colistas de la historia (sólo ganó dos partidos en toda la temporada y no logró su primera victoria hasta cerca del final de la primera vuelta), aunque ascendió al año siguiente de la mano de Juande Ramos, que después entrenaría a otros equipos importantes, como el Betis, el Málaga, el Sevilla o el Real Madrid.
De nuevo, bajó a Segunda en 1997 y, a partir de ahí, no levantaría cabeza. En 2000, descendió a Segunda B, al quedar de los últimos, pero fue relegado otra categoría más (a Tercera División) por sus deudas con los jugadores. Ascendió a Segunda B el año siguiente (2001), pero fue otra vez descendido por motivos económicos en 2004. Jugaría otras dos temporadas en Segunda B (2006-2007 y 2007-2008). Desde hace tres años no juega ningún partido y, aunque no ha desaparecido legalmente, tampoco está inscrito en ninguna competición.
Recientemente, se han creado varios clubes para intentar ocupar su lugar: el Logroñés Club de Fútbol, la Fundación Logronés (ambos ya desaparecidos), la Sociedad Deportiva Logroñés (fundado por un grupo de aficionados del club histórico y considerado por algunos como su heredero, aunque no de forma oficial, juega en Tercera División) y la Unión Deportiva Logroñés (que era un equipo de un barrio de Logroño, comprado por Félix Revuelta, fundador de la marca Naturhouse, y cambiado de nombre, está en Segunda B).
Mérida. Fundado en 1912, fue el primer club extremeño que llegó a jugar en Primera División, tras ascender en 1995. Estuvo en Primera dos temporadas sueltas: 1995-1996 y 1997-1998.
A pesar de ello, su gestión económica no fue adecuada y en el verano de 2000 -tan sólo dos años después de jugar sus últimos partidos en Primera-, el Club Polideportivo Mérida se disolvió. Había hecho una buena temporada en Segunda (no quedó muy lejos de los puestos de ascenso) y llegó a los cuartos de final de la Copa del Rey, pero desapareció y se refundaría a partir del Mérida Promesas, su filial, que pasaría a llamarse Unión Deportiva Mérida (un caso similar al del Málaga a principios de los 90). Una de las causas de la desaparición del club fue que su presidente (José Fouto) trató de presentar una candidatura electoral al Ayuntamiento, lo que derivó en que la alcaldía no llevase a cabo los pagos por convenios y publicidad firmados con el club.
El nuevo Mérida partió de Tercera División y en su primera temporada (2000-2001) ascendió a Segunda B. Desde entonces, siempre se ha movido entre esas dos categorías y ha tenido también problemas económicos y financieros. Cambió el orden de su denominación por Mérida Unión Deportiva. Llegó a descender administrativamente a Tercera en 2009 (donde aún permanece), aunque en temporadas anteriores llegó a jugar el play-off de ascenso a Segunda.
Desde hace dos años (2010), está en concurso de acreedores y es administrado por una directiva constituida por aficionados del club.
Oviedo. Uno de los grandes clubes históricos asturianos (junto con el Sporting de Gijón). Fundado en 1926, no tardó mucho en lograr su primer ascenso a Primera División, que se produjo en 1933. El Oviedo debutó goleando al Barcelona (7-3).
Sin duda, su jugador más destacado en los años 30 fue el delantero Isidro Lángara, que ganó el Pichichi tres años seguidos, en los que marcó un total de 80 goles. El Oviedo quedó 3º en 1935 y 1936. Otro futbolista muy importante fue Herrerita, tanto en esa primera etapa, como después, en los años 40. Llegaría a ser el máximo goleador de la historia del Oviedo en Primera.
En 1950, el equipo asturiano descendió después de haber jugado 13 temporadas en Primera y ese mismo año murió su presidente Carlos Tartiere, que daría nombre al estadio. En los años 50, el Oviedo fue un equipo ascensor, pero después estuvo seis temporadas consecutivas en Primera, de 1959 a 1965, en las que destacó su 3º puesto en 1963.
No volvió a Primera hasta 1972 y se convirtió otra vez en un equipo ascensor. A finales de la década, llegó a bajar a Segunda B, aunque sólo estuvo un año, pero tardó mucho tiempo en jugar de nuevo en Primera (hasta 1988).
Permaneció trece años consecutivos en Primera División. La mayoría de las temporadas quedó en puestos intermedios, sin grandes apuros para mantenerse. Su logro más destacado fue el 6º puesto de 1991, con Irureta como entrenador, que supuso su primera (y única) participación en la UEFA. Destacó su delantero Carlos Muñoz, que en 1994 llegó a los 20 goles (el equipo quedó 9º) o la presencia de Prosinecki, que hizo una buena temporada en el Oviedo, después de unos años sufriendo constantes lesiones en el Real Madrid. A partir de finales de los 90, su situación se complicó y estuvo algunas temporadas en la cuerda floja.
En 1997, se salvó en la última jornada tras empatar el derbi ante el Sporting (a pesar de que su delantero Oli, que ficharía por el Betis y volvería después al Oviedo, marcó 20 goles). En 1998, aunque estaba haciendo una temporada plácida, moviéndose por puestos tranquilos, perdió siete partidos seguidos y jugó la promoción ante Las Palmas (sentenció prácticamente la eliminatoria en la ida, en la que ganó por 3-0). El año siguiente, de la mano de Fernando Vázquez, quedó en mitad de la tabla y no tuvo problemas para mantenerse. En 2000, entrenado por Luis Aragonés, permaneció la mayor parte de la temporada en puestos de descenso, pero el hundimiento del Atlético y el Betis, facilitaron su salvación.
Finalmente, en 2001, tras varios años pasando apuros, el Oviedo descendió a Segunda. Y eso que su primera vuelta fue bastante buena (especialmente en casa, donde el Oviedo se mostró como un equipo muy sólido) y estuvo algunas jornadas rozando los puestos europeos. Pero en la segunda vuelta tuvo peores resultados y, aunque la victoria en el Nou Camp (0-1), en la antepenúltima jornada le dejaba muy cerca de la salvación, terminó bajando. Se puede equiparar su caso al del Sporting, que también descendió en 1998, tras varias temporadas salvándose por los pelos.
Y lo peor no fue ese descenso, sino otro posterior en 2003, cuando el equipo de la capital asturiana quedó penúltimo en Segunda. Le correspondía descender a Segunda B, pero fue descendido otra categoría más (a Tercera) por no pagar las deudas a sus jugadores.
En 2005, ascendió a Segunda B, pero bajó de nuevo a Tercera en 2007. En 2009, subió a Segunda B, donde lleva tres temporadas seguidas.
A pesar de esta época tan nefasta en lo deportivo y en lo económico, el Oviedo siempre ha contado con el apoyo de su afición, que ha dado muestras de lealtad hacia su club de toda la vida, y estando en Tercera tenía más socios que algunos clubes de Primera y la mayoría de los de Segunda. En este sentido, se puede resaltar el intento del Ayuntamiento de crear un nuevo club para suplantar al histórico Real Oviedo. El proyecto consistía en cambiar de nombre al Astur, un modesto equipo de barrio, por Oviedo Astur, pero el plan no prosperó ante el decidido apoyo de los aficionados del Real Oviedo a su club y su rechazo a la idea de crear uno nuevo contra su voluntad.
Esta fidelidad de la afición puede ser la mayor baza del Oviedo para recuperar el lugar que le corresponde por su notable historial y volver dentro de un tiempo razonable a la Primera División.
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