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El blog de Silverfox

El Imperio Español a lo largo de la historia

    Los países que forman la Península Ibérica (España y Portugal) fueron los primeros en la historia qoe lograron formar y desarrollar modernos imperios coloniales.

    Los portugueses empezaron el proceso en la primera mitad del siglo XV, cuando empezaron a explorar la costa atlántica africana (llegarían a doblar el cabo de Buena Esperanza y comprendieron que podían llegar a la India bordeando África), después descubrirían Brasil, que sería su colonia más importante, y algunos de sus territorios estarían en sus manos hasta épocas recientes, como las colonias africanas de Cabo Verde, Angola o Mozambique (que no se independizaron hasta 1975, después de la Revolución de los Claveles) o la ciudad china de Macao (perteneciente a Portugal desde mediados del siglo XVI hasta diciembre de 1999, cuando se convirtió en una región administrativa de la República Popular China).

    Por su parte, España crearía su imperio a partir de finales del siglo XV (época de los Reyes Católicos), tras el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en octubre de 1492. Colón realizó cuatro viajes y descubrió varias islas del Caribe, como Cuba, La Española, Puerto Rico o Jamaica, exploró las costas del istmo centroamericano y de las actuales Colombia y Venezuela. Inició la colonización de La Española, donde fundó La Isabela en enero de 1494, durante su segundo viaje.

    Además de conquistar gran parte de América, durante la primera mitad del siglo XVI, España tuvo territorios en Europa más allá de la Península Ibérica, Baleares y Canarias, como se puede observar en el mapa de abajo, donde los dominios españoles están marcados en amarillo (Flandes, el Milanesado, Cerdeña y el sur de Italia):

 

 

    A mediados del siglo XVI, España controlaba México (que sería conocido como Nueva España), el istmo centroamericano, el Caribe y gran parte del continente sudamericano (excepto Brasil, que correspondía a Portugal, según las normas marcadas en el Tratado de Tordesillas de 1494). Algunos personajes importantes en este proceso habían sido Hernán Cortés, responsable de la conquista de México (antiguo Imperio Azteca), Francisco Pizarro, conquistador del Perú (antes conocido con el nombre de Tahuantinsuyo en lengua quechua o Imperio incaico), Sebastián de Benalcázar, fundador de Cali y la moderna ciudad de Quito, o Pedro de Valdivia, que fundó Santiago de Chile.

    También hubo navegantes españoles que se lanzaron a explorar Extremo Oriente. El más conocido fue Miguel López de Legazpi, conquistador de las islas Filipinas (así llamadas en honor al rey Felipe II) y fundador de Manila en 1571.

    Pero la máxima extensión del Imperio Español se alcanzó en 1580, cuando Felipe II heredó la Corona de Portugal, tras la extinción de la línea masculina de la dinastía de Avis (de la cual el propio monarca español descendía por línea femenina, al ser hijo de Isabel de Avis), y con ello los territorios del Imperio Portugués. Fue entonces cuando se hizo muy popular la frase de que Felipe II controlaba un imperio donde no se ponía el sol.


    Este mapa muestra la extensión del Imperio Español a finales del siglo XVI. En naranja se marcan los dominios del Imperio Español primigenio, anterior a la incorporación de Portugal en 1580 y en verde los territorios del Imperio Portugués, que pasarían a formar parte de la Corona española.

    Como se puede observar, Felipe II tenía en sus manos toda la Península Ibérica, Flandes y los Países Bajos (actuales Bélgica y Holanda), Luxemburgo, el Franco Condado, el sur de Italia, una parte importante de las costas africanas, tanto del Atlántico como del Índico, la mayoría de América (Florida, México, el istmo centroamericano, las islas del Caribe y la parte sur del continente), el litoral indio y buena parte del Sudeste asiático (incluyendo las islas Filipinas, recientemente conquistadas y algunos enclaves del sur de China).

    Sin embargo, el siglo XVII fue una época de decadencia del imperio más importante de la época. Portugal se independiza de nuevo en 1640 y adopta una nueva dinastía: los Braganza, que permanecerá hasta la caída de la monarquía portuguesa, en 1910. En 1659, con la Paz de los Pirineos, se pierde el Rosellón, región histórica con capital en Perpiñán (en francés, Perpignan), que pasará a manos de Francia y será conocida como la Cataluña francesa.

    Tras la muerte en 1700 de Carlos II, el último rey de la dinastía de los Austrias, se desencadena una guerra de sucesión, y se instalan los Borbones en el trono español con Felipe V, nieto del rey francés Luis XIV. Se pierden los dominios italianos (la región de Milán y la zona de Nápoles y Sicilia), Flandes y se cede a Gran Bretaña el peñón de Gibraltar, que todavía no ha sido devuelto a España.

    Por su parte, los territorios americanos se subdividen y se crean nuevos virreinatos (ambos desgajados del Perú): el de Nueva Granada, que abarca las actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá, y el del Río de la Plata, que se extiende por las actuales Argentina, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Por tanto, a finales del siglo XVIII, el Virreinato del Perú queda reducido al actual Estado peruano. También se conquistarían una porción importante de los actuales Estados Unidos (así se explican los nombres españoles de algunas de sus ciudades, como Los Ángeles, San Francisco, Sacramento o El Paso). En el siguiente mapa, se puede ver la extensión del Imperio Español a principios del siglo XIX (marcada en amarillo oscuro):

 

 

    En las décadas siguientes, la extensión del Imperio Español se reduce drásticamente por la independencia de los territorios americanos, que se lleva a cabo en su mayoría antes de 1830. Aquí se observan marcadas en azul las tierras americanas independizadas en el primer tercio del siglo XIX:

 

 

    Por el contrario, se marcan en rojo los territorios que aún permanecerían bajo dominio español hasta finales del siglo XIX: Cuba y Puerto Rico en el Caribe y Filipinas en Extremo Oriente. Otros pequeños territorios conquistados por España a partir de entonces serían las islas de Fernando Poo (actual Bioko) y Annobón (en el golfo de Guinea) que junto con la tierra firme de Río Muni formarían la Guinea española hasta su independencia en 1968, el protectorado del norte de África (el norte del actual Marruecos, independizado en 1956) y el Sahara occidental:

 

 

 

    Además de todo esto, se puede hacer, para finalizar, una breve mención a los territorios poseídos por España en Oceanía durante la historia: la isla de Pascua (entre 1722 y 1818, actualmente pertenece a Chile, aunque esté a más de 2000 kilómetros de sus costas), las islas Marianas (en el Pacífico occidental, al este de Filipinas, en manos españolas entre 1521 y 1899) y las islas Carolinas (bajo dominio español entre 1528 y 1707, en 1875 y de 1885 a 1899).

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