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El blog de Silverfox

El mito de que vivimos más y el truco estadístico de la "esperanza de vida"

    El viernes 28 de enero el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de ley de reforma de las pensiones que retrasa a 67 años la edad de jubilación (que antes se situaba en 65).. Aparte de que no tiene sentido aplazar la edad de jubilación y tener que cotizar más tiempo en un país con casi un 50% de paro juvenil (lo que supone dejar menos puestos vacantes y, por tanto, menos posibilidades de trabajo para los jóvenes, que se ven obligados a emigrar en busca de mejores opciones o prolongar indefinidamente sus estudios), se recurre mucho al tópico de que como la esperanza de vida es más elevada se debería trabajar más años.

    Pero el concepto de esperanza de vida no deja de ser un truco estadístico y su cantidad depende, en gran parte, de la mortalidad infantil. De ahí, se puede deducir fácilmente que no es cierto que actualmente se viva más tiempo por los avances médicos y sanitarios.

    La realidad es mucho más simple: la mortalidad infantil se ha reducido mucho si las comparamos con la que había un siglo, 70 años o incluso desde los años 50. Los datos de niños que morían en sus primeros años de vida reducían la media de forma drástica: en la España de principios del siglo XX, la mortalidad de menores de 1 año rondaba el 200 por mil, lo que significaba que la quinta parte de los niños morían en su primer año de vida. Pero en cuanto un país reduce la mortalidad infantil sube rápidamente la esperanza de vida.

    Pero desde siempre ha habido personas que han llegado a los 90 años incluso centenarios, no es algo exclusivo de nuestros días, ha habido decenas de personajes ilustres de la Antigüedad o Edad Media que han sido muy longevos. Esto es aplicable actualmente a países africanos donde la esperanza de vida no llega a los 50 años: no significa que todo el mundo muera con esa edad. La clave es fijarse en los datos de mortalidad infantil, en esos países más del 10% de los niños mueren en su primer año de vida y entre el 20% y 30% no llegan a la adolescencia. Sin embargo, aquellos que logren superar la infancia en países como Níger, Sierra Leona, Somalia o Mozambique no tendrán muchos problemas para llegar a los 70 u 80 años en unas condiciones similares a las de un país europeo.

    No descartemos tampoco la posibilidad de que en muchos países occidentales disminuya la esperanza de vida en las próximas décadas, debido a factores como el empeoramiento de las condiciones laborales, la contaminación, la mala alimentación y el consumo de tabaco y alcohol. No sería la primera vez en la historia que ocurriese. Para no irnos muy lejos en el tiempo, en algunos países del Este, tras la caída del comunismo, bajó la esperanza de vida. El ejemplo más claro es Rusia: millones de hombres cayeron en el alcoholismo y la esperanza de vida masculina (aunque se esté recuperando gradualmente) bajó hasta los 58 años a finales de los 90, inferior a la de países como la India, Pakistán, Marruecos o Egipto (en los que influye que la mortalidad infantil también es bastante elevada, siempre ha habido muchos hindúes longevos).

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