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El blog de Silverfox

Más mentiras de la supuesta integración multicultural

     Sufrimos un derroche económico insostenible, justificado por el proceso de integración de las distintas culturas que se afincan en España satisfechas por la concesión de unos derechos amplísimos y en constante crecimiento. Al mismo tiempo, la población autóctona se limita a pagar una política de inmigración que le resta prestaciones sociales y ayudas ganadas a pulso durante muchos años, así como atenciones sanitarias, educativas (negación de becas para alumnos españoles en favor de estudiantes extranjeros) y deterioro profesional.


    Los gobiernos central y autonómicos favorecen las exigencias de los colectivos inmigrantes y no dudan en satisfacerlas de forma inmediata, saltándose prioridades muy concretas de la sociedad española que siguen en "lista de espera", sin visos de salir de ese status de inmovilismo y olvido.


    La fijación de las distintas instituciones y administraciones públicas por "globalizar" a españoles e inmigrantes en un cóctel multicultural chocante, complejo y antagónico, es realmente patológica.

    También es un gran error creer que la continua concesión de derechos a comunidades extranjeras (en detrimento de los españoles, esto es matemática pura y dura) garantizará una convivencia ideal, armoniosa y pacífica.

 

    En primer lugar porque la integración en nuestra cultura no se ha planteado como obligación primordial para disfrutar de derechos y cumplir obligaciones equitativos entre foráneos y forasteros. Y en segundo lugar, y todavía más grave, porque no se pretende la integración de los extranjeros, sino la adaptación forzosa de los españoles a usos y costumbres ajenos, dispares e incompatibles con nuestra manera de vivir.

    La sangría económica para el Estado es cuantiosa debido a las numerosas subvenciones y ayudas que reciben los inmigrantes. En muchas ocasiones en claro perjuicio del ciudadano español.

    Se puede añadir un dato significativo más: en comisarias y centros de detención la comida que se distribuye al detenido no incluye derivados porcinos. Otra bajada de pantalones más ante la inmigración. En las cárceles hay menús exclusivos para musulmanes, además de que en el mes de Ramadán también se modifican horarios para que cumplan con sus preceptos.

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